Un domingo con Mirtha
El escenario armado como un decorado neutro. Todos los invitados integrantes de la escudería Clarín. Como figura principal y excluyente, Elisa Carrió. Como actores de reparto dos periodistas que trabajan en uno o más bocas de salida del multimedios: Gerardo “Tato” Young y Nicolás Wiñazki; un conductor televisivo, Julián Weich, que el lunes 1 de diciembre inició un programa en canal 13; la actriz Eleonora Wexler que actúa en la novela “Día y noche”, casualmente del mismo canal; y la vedette Lourdes Sánchez que cobró notoriedad en el programa de Marcelo Tinelli que se emite también por Canal 13.
Una mesa acogedora donde, como siempre, la chaqueña juega de local, al punto que su participación fue excluyente con relación al resto de los invitados, apenas con la disonancia incisiva de algunas bromas de Julián Weich que al tiempo que producía un grado de erosión en el discurso apocalíptico y de cataratas de denuncia de la legisladora, le originaba una evidente contrariedad. Para “tranquilizar” a los comensales, Carrió sostuvo que sólo denunció el 0,50% de lo que sabía. Cuando Weich le señaló que podía quedarse sola, la pitonisa le contestó que la gente le dice en todos lados que tiene razón, a lo que el actor y conductor le respondió: “A mí me pasa lo mismo, pero luego el rating no lo ratifica”
Es preciso señalar que algunas de las afirmaciones de Carrió deben considerarse, más allá de su intencionalidad presente: es lo que se refiere a la financiación de las campañas políticas y al avance del narcotráfico.
Dejando de lado lo secundario en el programa, el objetivo fue desplegar con bombos y platillos la estrategia que expresa como nadie Elisa Carrió, con una discrepancia operativa con Héctor Magnetto, el Mr. Chasman de la historia. La misma consiste en articular un frente antikirchnerista y antiperonista para derrotar al oficialismo. Magnetto incluye a Sergio Massa y Carrió lo excluye en su divisoria de aguas de República o narcotráfico. La diputada exagera las posibilidades actuales del oficialismo, para así hacer más fuerte y dramática su argumentación de necesidad de una alianza que incluye al radicalismo (al que presiona hasta el punto de su descuartizamiento); al PRO, y tal vez al autodenominado socialismo (que más allá de su etiqueta identificadora no debería tener prejuicios ideológicos para integrarla). De FA-UNEN desembarcarían la izquierda verbal de Libres del Sur (Tumini-Donda) y el Proyecto Sur de Pino Solanas, con mucho más presencia en los medios que en las urnas.
Está claro que la fragmentación en tres representaciones de la oposición, aumenta significativamente las posibilidades del candidato oficialista de alcanzar el 40 % y que ninguno de sus opositores llegue al 30%.
Para el establishment económico, el orden de prelación de los candidatos actuales con posibilidades es: Mauricio Macri (el gobierno en manos de un hombre de sus filas); Sergio Massa, al que le temen por cierta independencia fruto de su mezcla de audacia y oportunismo y que resulte entonces un Néstor Kirchner de derecha que les sirva, aunque sin una subordinación excluyente que luego de la experiencia kirchnerista esperan recuperar; y en tercer lugar Daniel Scioli, al que consideran muy maleable pero carga con el contrapeso del cerco que sobre él desplegará el kirchnerismo, con su sector más militante de la Cámpora. Para muchos, Scioli es un envase en el que el contenido con el que se lo llene siempre proviene de afuera. Pero ahí el establishment deberá lidiar con el kirchnerismo.
Las necesidades y seguridades del poder económico pasan por articular un frente que incluso puede llevar al sacrificio de Carrió a pesar de su incondicionalidad. La propuesta de máxima es Macri- Sanz como fórmula que acceda al gobierno; Sergio Massa como gobernador de la Provincia de Buenos Aires; Cobos, gobernador de Mendoza; Binner como gobernador de Santa Fe; Luis Juez como gobernador de Córdoba; Gabriela Michetti- Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires.
Suponen y es muy probable que con esta ingeniería, la derrota de cualquier candidato oficialista estaría sellada.
De suceder esto, Mirtha tendrá, a partir del 10 de diciembre del 2015, nuevos invitados a su mesa dominguera y comprenderá, aunque resulte improbable, que la libertad de expresión es la libertad de empresa. En la mesa de este domingo 30 de noviembre la denuncia de la AFIP suministrada por su similar francesa, la Dirección General de Finanzas Públicas, recogida de un funcionario arrepentido del HSBC ( Hervé Falciani), sobre la existencia de cuentas en Suiza correspondiendo, entre ellas a 4040 personas de nacionalidad argentina, ya sea individualmente o integrando empresas, siendo sólo 39 según la AFIP, las que estarían declaradas, no mereció la atención de la conductora ni de ninguno de los periodistas presentes. Buena parte del poder económico está en la lista, incluido Cablevisión. Nuevamente se cumple el viejo axioma periodístico: “No se denuncia a la mano que da de comer” En cambio si se trató las denuncias contra la presidenta y la empresa Hotesur S.A, cuyo tratamiento a su vez es soslayado o minimizado por los medios favorables al gobierno. A su vez éste mantiene un silencio lamentable para explicar con claridad la situación. Sería grave que no puedan dar una justificación razonable sobre la relación con Cristóbal López y Lázaro Baez y la vinculación de este con los hoteles propiedad de la Presidenta y de sus dos hijos, y el muy poco creíble alquiler de habitaciones realizadas por el empresario para su personal.
Si finalmente Carrió es sacrificada en el altar de lo más conveniente y ganador para el poder económico, estará tan ausente de los diferentes medios del multimedios como ahora está presente hasta la saturación. A Nicolás Wiñazki y Jorge Lanata es altamente probable que no se les renueve el contrato porque al nuevo gobierno no habrá que hacerle ningún tipo de denuncias en los primeros dos años, manteniendo y ampliando la cobertura de protección que hoy goza Mauricio Macri. Salvo que los periodistas decidan que su reconversión es definitiva y sean tan oficialistas como ahora opositores.
Mágicamente bajará el dólar marginal, después de una devaluación que lo hará desaparecer volviéndose al mercado único de cambio y por lo tanto el cepo, el control de cambios amplio, pasará a la historia. Se eliminarán retenciones y se bajará las de la soja, se tomarán todos los préstamos que se ofrezcan, se limitará el papel del estado y se mejorará a favor de las empresas la ley de inversiones extranjeras. La inseguridad desaparecerá de los medios escritos y televisivos y el optimismo abarcará al mercado, a los medios, a las corporaciones, los organismos internacionales y hasta los fondos buitres.
Mirtha moverá su índice a ambos lados de su rostro y se preguntará ¿Lo digo o no lo digo? Lo voy a decir: “Estoy contenta, eufórica, hemos recuperado la libertad y ya no viviremos con miedo. Populismo y zurdaje, nunca más ”