Lo que vimos este domingo en Avellaneda fue un gran gesto paternal. Algo atípico, que llama poderosamente la atención ya que aún estamos en noviembre. Dicen que por el Cilindro vieron pasar el trineo de Papá Noel, pero en realidad era River Plate que fue a entregarle un flor de regalo a uno de sus hijos. ¿Qué pasó? Tras liderar todo el campeonato, jugamos el duelo definitorio ante el segundo y en su estadio con un equipo netamente alternativo. Y para facilitarles aún más las cosas, también le hicimos el gol.

En el partido vimos a un River ‘muletto’ que dominó por varios momentos a Racing. Sin ir más lejos, en los primeros 15 minutos generó tres claras ocasiones de gol que por esas cosas del fútbol la pelota no terminó en el fondo de la red. Unos pocos sorprendieron para bien y unos cuantos para mal. Tras un año y medio de ausencia, Cirigliano fue el mejor del equipo, presionando y distribuyendo bien. En su debut en Primera División con 18 años, Mammana tuvo un partido muy correcto en una posición que no es la suya. Del otro lado de la moneda, Urribarri abusó del pelotazo, Ferreyra no pesó, Rodríguez estuvo muy errático y los delanteros aportaron poco y nada. En su vuelta, Cavanaghi tuvo buenas intervenciones pero la pelota le llegó contadas veces. La gran cita del ídolo es el jueves.

Gallardo decidió. Luego de jugar todo el semestre con todos los titulares y realizar una campaña extraordinaria, vio el tablero y eligió sacrificar al peón para después atacar con la reina. Con el diario del lunes es fácil decir que se equivocó, pero el DT sabe mejor que nadie como están sus jugadores y entiende que la serie con Boca por la Copa es un campeonato más importante que el que entregamos anoche. ¿Podría haber dejado a ‘Teo’ y/o Pisculichi en el banco? “Descansen y sólo piensen en Boca”, sería la respuesta. Lógicamente, será juzgado a gran escala por el resultado del jueves.

A pesar del malestar por regalar el torneo, banco la arriesgada jugada del ‘Muñeco’. Este es el momento para apoyar y que todos los hinchas de River estemos unidos, haciendo fuerza por el más grande. El jueves el Monumental tiene que explotar y ser una caldera donde vamos a asar a los ‘chanchos’ vivos.