En la tierra del cuarteto y el fernet, River volvió a sonreír. Luego de un empate preocupante en el Monumental, se consiguió lo más importante: los tres puntos. Aunque a nivel juego, el equipo del ‘Muñeco’ sigue en deuda.

A excepción de los primeros veinte minutos del partido –donde hubo movilidad, asociación y un par de llegadas– River fue un equipo luchador y combativo. Sin la precisión ni la velocidad que nos tiene acostumbrados. Si Sánchez, Piscu y Teo no están participativos, difícilmente llevemos peligro al arco rival.

Gallardo, que últimamente muestra más signos de preocupación que de satisfacción, se dio cuenta de ello y sacó de la cancha al zurdo y al colombiano. Extraña ver que Pisculichi incida tan poco en el juego y a la larga, ya sea por un remate o una pelota parada, no influya ni sea determinante. Lo mismo con Gutiérrez, que pasó inadvertido por Córdoba.

Pero si hay algo que destacar es la convicción de este equipo, aún cuando no está en una buena noche y todo parece costarle el doble. En la semana, el DT dijo que teníamos que volver a jugar con ambición, y eso fue lo que se vio en el primer gol. Treinta del segundo tiempo y los dos laterales lanzados en ataque para ganar el partido. Centro de Mercado por la derecha, Vangioni llega por la izquierda y la mete en el corazón del área para que Mora la empuje. Y para que su noche sea completa, unos minutos después el uruguayo se inventó un gol de la nada.

Lo que me preocupa, y mucho, es la poca solidez defensiva que venimos teniendo. Nos llegan en todos los partidos, y muchas veces mano a mano. Primero Barovero, y luego Chiarini, tuvieron intervenciones brillantes. Kranevitter lucha mucho en el medio, pero no se lo ve bien acompañado. El equipo tiene que presionar más, achicar más, y por lo tanto, correr más. Esa era la gran diferencia que tenía River con respecto a todos los equipos el año pasado. Les ganábamos a todos porque no nos podían aguantar el ritmo.

Ahora toca poner la cabeza en la Copa. El jueves recibimos a los mexicanos y tenemos que hacer pesar la localía para ganar y acomodarnos en el grupo luego de la dura experiencia en la altura de Oruro.