Habrá que revisar muchas estadísticas para descubrir cuántos casos existen de un jugador que mande la pelota a rebotar en los postes en tres ocasiones durante un mismo partido. Así le pasó a Teófilo Gutiérrez este jueves en el increíble empate de River ante Juan Aurich.

El colombiano realizó un correcto partido, siempre activo y participando del juego, aunque estuvo a milímetros de anotar. Como si se tratara de una maldición, el delantero tuvo tres jugadas clarísimas que podrían haber liquidado la historia, pero el resultado fue siempre el mismo: al palo.

Primero, tras una gran habilitación de Rodrigo Mora, que también desperdició unas cuantas jugadas con pésimas definiciones, Teo quedó mano a mano, y eludió al arquero pero se le fue larga, y cuando definió de zurda, la bola dio en el primer caño.

La jugada continuó, Gabriel Mercado hizo la zancada por la derecha, y volvió a habilitar al colombiano, quien parecía que se tomaba revancha. Se perfiló, remató de derecha, pero la pelota otra vez tuvo destino de palo, en este caso el segundo.

Corría el reloj y River no lo liquidaba. Pelotazo largo, Gutiérrez la mata con el pecho, dejándose el rebote servido para romper el arco de zurda; remata, y el disparo explota contra el travesaño, el tercero de los caños que le quedaba por golpear.