Cuáles son las estancias recomendadas para hacer una escapada en el fin de semana largo
Ubicadas en diversas localidades de Buenos Aires, estas propiedades comparten una historia centenaria, cascos históricos preservados y extensos terrenos rurales.
En diversos lugares de la provincia de Buenos Aires se encuentran Escapadas ideales como haciendas antiguas y emblemáticas de la vida rural argentina, que frecuentemente no solo narran la historia de las familias que las edificaron y ocuparon, sino también la de los habitantes locales.
Hospedarse en estas propiedades promete un viaje al pasado cargado de costumbres y cultura gaucha, gastronomía autóctona y mate, paseos a caballo y total relajación. A continuación, cinco estancias ideales para visitar en los próximos fines de semana largos de junio.
Qué escapadas podés hacer en el fin de semana largo a estancias que parecen de otro tiempo
La Alameda
Juan Gregorio Girado, un sargento mayor del Cuerpo de Blandengues, quien junto a sus compañeros fueron los fundadores de Chascomús en 1779, recibió una parcela de tierra fértil al nordeste de la laguna de Chascomús diez años después.
Allí, el soldado y su esposa, doña Hilaria Ávalos y Rivera, establecieron un rancho rodeado de álamos, paraísos y árboles frutales. Durante la gestión de uno de sus hijos más jóvenes, Juan Elías, que abarcó desde 1834 hasta 1870, La Alameda se convirtió en una estancia dedicada a la cría de ganado Shorthorn y ovejas Merino. Se construyó una nueva casa en forma de L, con un patio central que albergaba un aljibe.
En 1970, la casa fue declarada patrimonio histórico y cultural, y en 1984 fue adquirida por el municipio, que la mantuvo bajo concesión para su preservación. Hace dos décadas, se restauró el casco de la estancia para convertirlo en un hotel boutique, conservando sus salas y galerías originales. Dispone de nueve suites que ofrecen vistas a la laguna o al patio, decoradas con muebles de época y rodeadas de glicinas.
La Rica
Conocida también como la Estancia Vieja de López, La Rica fue establecida en el año 1851 y no solo funcionó como fortín y posta, sino que también fue el primer gran establecimiento ganadero de Chivilcoy.
Las tierras, que en ese entonces abarcaban unas 18.000 hectáreas, fueron otorgadas mediante enfiteusis (derecho real de disposición perpetua a cambio de un canon) al alcalde y jefe militar de Luján, uno de los fundadores de Chivilcoy, don Manuel López, tatarabuelo de los actuales anfitriones de los turistas.
Las actividades disponibles son tranquilas y campestres: paseos en carruaje o bicicleta, caminatas, cabalgatas, juegos de mesa, natación y observación de aves, especialmente al amanecer y al atardecer. Para los entusiastas del deporte, existe la posibilidad de jugar al golf en el Club La Pampa de Chivilcoy o presenciar partidos de pelota vasca en el pueblo de La Rica.
La Oriental
En la llanura cerca de la laguna del Carpincho, donde se estableció el Fuerte Federación en 1827, las tierras pertenecían originalmente a los coroneles Manuel Dorrego y Federico Rauch. Al no tener descendencia, estas tierras pasaron al estado provincial.
Cuarenta años más tarde, durante el gobierno de Adolfo Alsina, Justo Saavedra, sobrino de Cornelio Saavedra, adquirió las tierras en Junín. Tras la muerte de Justo en 1927 sin dejar herederos, sus sobrinos heredaron la estancia y la vendieron en 1941 a María Teresa Jacobe de Torello, abuela de los actuales propietarios.
Ellos reciben a los visitantes los sábados y domingos para disfrutar de un día con un asado tradicional y té en la galería, o para estadías de uno o varios días con pensión completa.
El Ombú de Areco
En San Antonio de Areco, a solo 120 km de Buenos Aires, se encuentra el magnífico casco de 1880 con líneas clásicas que ha perdurado por más de un siglo.
Esta construcción fue ordenada por el general Pablo Ricchieri, destacado en la historia argentina por su labor en la modernización del ejército argentino y como ministro de Guerra durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca.
La estancia fue concebida con un estilo arquitectónico que refleja las influencias italianas prevalentes en la época de la gran inmigración europea.
Además de servir como residencia de la familia Ricchieri, fue un importante centro para actividades agrícolas y ganaderas, lo cual subraya la relevancia de estas actividades en la economía regional. Hasta el día de hoy, conserva su invaluable valor histórico y cultural.
La Fortuna
Fundada en 1873 en los campos de Salto, la estancia La Fortuna fue originalmente propiedad de la familia Estrugamou, quienes encargaron la construcción de un palacio al arquitecto Le Bergere.
La edificación se finalizó en 1902 con materiales importados desde Francia, incluyendo mármoles, lujosos herrajes y una cúpula que adorna el observatorio. El castillo fue restaurado en 2009 y aún conserva todo su esplendor y la riqueza cultural de sus obras de arte y muebles.
Para hospedarse en La Fortuna, también conocida como “el Palacio de las Pampas”, actualmente propiedad de Massimo Ianni y Hernán Javier Olmedo, ambos con vasta experiencia hotelera y cálida hospitalidad, es necesario reservar las “estadías residenciales”. Estas son experiencias exclusivas para grupos de hasta 16 personas, quienes son atendidos por la house-concierge Verónica Larrea y el personal de la estancia, ofreciendo servicio completo de pensión.