Al visitar el depósito sobre la calle Azara, donde aún trabajan los bomberos, Sergio Berni planteó la posibilidad de un incendio intencional en el lugar.

De hecho, el funcionario recordó que se trata de "una empresa que está sospechada de haber provocado de manera intencional un incendio de estas características en New Jersey".

La declaración de tres empleados, un vigilador y una mujer a cargo de la limpieza abona fuertemente esa teoría, pues coincidieron a señalar a la fiscal de la causa que, en principio, debieron combatir el fuego manualmente porque el sistema antiincendio no funcionó.

A una semana del comienzo del siniestro, Berni explicó la razón por la que todavía no se pudo extinguir el incendio: "Hasta que no podamos extraer la totalidad de las estructuras metálicas, es difícil llegar con el agua, que es lo que enfría y termina con la combustión".