Lo que debía ser un intercambio de frases habitual se convirtió en un repaso de lo que fueron las últimas décadas en la política nacional.

Un jubilado que se las arregla para llegar a fin de mes vendiendo mazos de cartas en la vía pública dejó en claro que no solo está al tanto de lo que ocurre en el Gobierno sino que marcó claramente su posición ideológica.

Tan esclarecida fue su alocución que Diego Moranzoni lo despidió invitándolo al piso de Crónica para darle un abrazo.