Arrancó pegándoles a los votantes del PRO que se sumaron a Milei en el ballotage y después despachó factos contra los jóvenes libertarios.

Ante los aplausos de otros que fueron también a quejarse por las facturas recibidas, Joaquín -tal el nombre del comerciante- dio rienda suelta a su enojo en un discurso que se nota que lo rumió innumerable cantidad de veces.

A los sub-30 les dedicó sus palabras más feroces, llamándoles “maricones”, y recordándoles que su mayor enojo es con el peronismo mientras a su generación la enviaron a Malvinas.