La idea de Luis Majul era hacer quedar a los sindicalistas como personas violentas por defender los derechos de los trabajadores pero Florencia Arietto le demostró lo que es la violencia.

Pero se ve que a la senadora que vive en la Recoleta y que ya pasó por casi todos los partidos, le gustó el papel de picante, y dejando de pronunciar las letras “s” y en plan barrabrava se puso a amenazar a los sindicalistas con “cagarlos a palos” y con “fajarlos”.

Hasta a Luis Majul le pareció un montón y trató de frenarla aclarando que “con la ley en la mano” pero la abogada ya estaba embalada y siguió demostrando qué clase de persona es y qué tipo de educación tienen nuestros representantes.