Ando atribulado. No sé si la acción es la de jactarme; pero sí intenté, e intento, no dejarme vencer por la melancolía o por la nostalgia, o por ambas al mismo tiempo. Con solo pensarlo me tiemblan las piernas.

Pero una mudanza; situación en la que me encuentro en proceso, de una forma u otra te coloca en el lugar de la remembranza. Primero siento la obligación de explicar porque le huyo a los recuerdos. Un día decidí que lo mejor estaría llegando. Cuando me empezaron a pasar cosas buenas; comenzar a trabajar en una radio, que esa radio era la que yo escuchaba, con el tipo al que admiraba, y demás, no podía contener mi felicidad al advertir que lo que se venía sería realmente maravilloso. Todo ese mecanismo de pensamiento lo volqué a todos los demás aspectos de mi vida y las cosas se han ido dando de un modo del cual no puedo quejarme.

Sin embargo viví un par de episodios, para nada truculentos ni traumáticos, que me volvieron a llevar a la rastra a lugares que no había olvidado, pero a los cuales tampoco le iba a poner energía en volver.

En la previa de la final de la Copa América entre Argentina y Chile; estaba escuchando al Pipi Romagnoli en conferencia de prensa. Estaba repartiendo algunos conceptos generales del juego de la selección y de sus deseos para con Messi hasta que dijo algo más o menos parecido a que Lío fue lo mejor que haya visto en su vida como futbolista. El mismo Pipi, aclaró que si bien Maradona está considerado como mejor jugador (les juro que no importa hoy entrar en ese debate) él, por Romagnoli digo, sólo lo había visto por vidéos y que a Messi realmente pudo disfrutarlo viéndolo jugar. Bofetada uno. Claro; Pipi tiene 33 años, doce años menos que yo; por lo que cuando yo esperaba que canal 9 pasara el partido del Nápoli de Diego los domingos a la mañana; Pipi Romagnoli se estaría dando una panzada con los teletubies del momento. Ningún tiempo futbolístico posterior al año 90 para Maradona, tuvo el fulgor de lo anterior.

Pero la bofetada número dos llegó unos minutos más tarde cuando el mismísimo jugador de San Lorenzo, en la misma conferencia de prensa, aclaraba que tampoco él había jugado torneos largos, desde que debutó en 1ra división todos los torneos que jugó en Argentina fueron de una sola rueda, por lo que un análisis del mismo; escapaba a sus posibilidades y que solo podía suponer lo que iba a pasar.

Quedé en el auto medio aturdido. Le escribí a un colega que estábamos creciendo. El también estaba escuchando a Romagnoli y me respondió “Estoy destruido con lo que acaba de decir el Pipi”. Estar cerca de los 50 te obliga a mirar atrás más veces de las que uno desea.

Ese día volví a casa y me escuché “Vasos y besos”, un discazo de Los Abuelos de la nada de comienzos de los 80 completo dos veces. Una cosa es mirar atrás y detenerse y otra, disfrutar lo recorrido.

Ojalá tengamos todos una buena semana.