PIEDRA LIBRE PARA LOS BUITRES

El kirchnerismo no sólo me gusta porque le mejoró la vida a millones de personas de forma material y concreta. Gustos que uno tiene. Sino porque además cada tanto tiene la incorrecta virtud de bajarle los pantalones al mundo donde creemos vivir y mostrarnos los sucios calzones del mundo donde en realidad vivimos. Así fue como supimos cuál era la verdadera razón para la existencia de las AFJP que no era para ayudar a los viejitos a vivir felices, cuál era el objeto verdadero de cierto periodismo que no es mantener al pueblo informado, o cuáles son los intereses patrióticos de una cantidad de actores sociales que de argentinos tienen sólo el documento de identidad. Y ahora este último del fallo de la corte de USA que nos muestra la sucia cola de las finanzas internacionales. Por fin podemos entender con absoluta transparencia para qué sirve fundir un país. Qué utilidad tiene fundirlo y dejarlo en la miseria, sin fábricas, sin plata, sin trabajo, sin esperanzas y con el único capital de una deuda enorme.

Fundir un país sirve para que los Paul Singer del planeta vivan felices, para que sigan funcionando los organismos de crédito, para que la timba sea rentable, para que otros países sean viables, y para que nuestros enriques szewaches operen como defensores del país cuando toma créditos impagables, operen como parte de los acusadores del país por no pagarlos, y operen cuando el país quiere pagarlos pero no lo dejan. Para poder operar luego cuando haya que ejecutar al país y ellos colaboren, para que luego tome más deuda y ellos operen también. Y así ad-infinitum, aunque en este caso desagradable dan más ganas de decir ad-nauseam. (Y no me sé ningún insulto en latín)

EMBOBADOS DE BRONCA

El kirchnerismo también me gusta porque pone tan nerviosos a sus adversarios que en algún momento comienzan a argumentar bobadas. Lo pudimos ver con Caparrós, con Sarlo, con Kovadloff, y antes con editorialistas menos sofisticados que se embobecieron hace mucho (todos los del Clarín, más Morales Solá que escribe sólo amenazas). Nos venían quedando menos embobados los de La Nación hasta que Fernández Díaz empezó a decir las mismas barbaridades que Mirtha Legrand pero con menos gracia. El último baluarte de los editorialistas que no decían pavadas era el procesado Pagni, quien se abstuvo de pavadas hasta el día de hoy cuando nos plantea que esta crisis con los fondos buitres es para el gobierno Un Choque Cultural, que así se titula su columna. Según Pagni el choque cultural es que Cristina no sabe cómo seguir siendo “fiel a su discurso” sin que “el poder se incline ante un derecho”. O sea, el editorialista más famosamente lúcido también entre nuestros compañeros de ruta, plantea la fórmula básica que ya enseñara con comodidad Sarlo: que el kirchnerismo es puro “relato”, frases, un buen slogan, un vestido negro, dos choris y un recital de música.

El periodista procesado por encubrir una asociación ilícita que hackeaba mails y los vendía da por sentado que el gobierno carece de políticas, líneas de acción, gestión y un estilo bien definido para tomar decisiones. Para demostrar que todo es un burbujeante relato insustancial le alcanza con mencionar tres hechos ocurridos durante el último año de un gobierno que lleva once: la devaluación de enero, la suba de las tasas y el cambio en el Indec. Entendido esto como el sinceramiento de estos mentirosos. (Él no escribe “mentirosos Kkas” para mantener la elegancia del texto.) Y con tan poca cosa procesa su columna que es sencillamente un festejo porque una corte extranjera, la de un país serio, pudo imponerse por sobre la soberanía argentina, un país de mierda como adoctrina Lanata.

OTRAS BOMBAS PUEDEN CAER

Estemos preparados porque puede pasar. Y mientras escribo esto todavía no habló el Ministro de Economía y no sabemos cómo van a reaccionar. Pero la corte de USA en su infinita sabiduría ha favorecido a todo lo que nos hace daño. Y esos que alguna vez decidieron bombardear la Plaza de Mayo tienen buen ánimo. Y puede pasar: que voluntariosos compatriotas intenten que el dólar ilegal llegue a 20 mangos (el sueño del pibe Broda), nos dirán que ya está muerta la ilusión de Vaca Muerta, dirán que nadie va a venir a poner un centavo en este país que no da seguridad jurídica, Moodys –la calificadora que hace más eficiente el choreo financiero- nos bajará la nota todos los días, los troscosindicates podrían pedir aumentos de 50%, los camionsindicates podrían amenazar con paros y piquetes, y Boudou se va a complicar más y más y más a cada segundo, y probablemente harán aparecer “la ruta K” de no sé qué carajo que llegará hasta Cristina que de manera recontrachequeada será la jefa de una asociación ilícita K, Carrió pedirá cárcel a los corruptos –a todo el gobierno y sus simpatizantes-, Scioli dirá que trabajemos juntos mirando hacia el futuro, en TN desaparecerá la inseguridad que nos mata a todos y aparecerá el caos de un país que se desintegra repitiendo la palabra mágica “default” miles de veces, en Telenoche podríamos escuchar el apocalipsis contado por los falsos economistas que ganan más cuando al país peor le va, Santo. Todo esto mechado con el mundial de Brasil y una selección argentina “que no convence”.

ENEMIGOS

Pero nosotros ya sabemos cómo son estas cosas. Sabemos que no les alcanza con ganar dinero, ni con molestar, ni con manejar esas zonas oscuras que nunca dejaron de manejar. No les alcanza con poner en jaque al gobierno cada tanto, ni con sacarle los dólares que todos juntamos en el central. Su objetivo es que el gobierno se vaya en helicóptero, que huya y sea castigado por el pecado cometido: gobernar sin preguntar antes si a ellos les gusta.

Así que estemos preparados por si se larga a llover. Será otra tormenta de las fuertes, de esas que Néstor y Cristina supieron soportar. De esas tormentas en las que es necesario estar de pie y firmes, sin dejarse ganar por los buitres que necesitan de nuestra debilidad para seguir ganando. Y eso también me gusta del kirchnerismo, que cuanto más lo atacan los enemigos del trabajador, mejor se pone. Mejor nos ponemos.

Que la corte yanqui nos hizo el favor de hacernos comprender como nunca antes que toda la miseria que vivimos los argentinos, todo ese dinero que quedó encerrado en los bancos, todo el dinero que faltó para los jubilados, para dar trabajo, para no comer en ollas populares, para que no cerraran las fábricas, el dinero que se fue con Aerolíneas y los trenes, el que se fue con YPF y las demás empresas estatales, el dinero de los recortes, y toda la plata que le faltaba a los sueldos miserables ya sabemos que no faltaba. Ya sabemos quién lo tiene. Ahora sabemos que Argentina debería estar reclamando por toda la plata que nos robaron.