El sexo y la intimidad son dos cosas que, por lo general, van juntas. Puede ser dos, tres, cuatro personas, pero siempre se busca la privacidad y eso, en la mayoría de los casos, sucede entre cuatro paredes. Pero, ¿qué pasa cuando eso sale a luz?

Ser un personaje conocido, en los medios, en la política o en el espectáculo revaloriza el material. Filmarse, ¿sacarse fotos? Antes era más fácil, si querías fantasear con ser una estrella porno, podías casi sin riesgos. Y ese casi tiene que ver con que existe "Retrato de una obsesión", película que cuenta la vida de un técnico en un laboratorio fotográfico que comienza a perseguir a una familia que revela sus fotos ahí, pero para eso había que tener mucha mala suerte.

¿Qué es lo que lleva a alguien a grabarse en esas situaciones? Para Norberto Litvinoff, psicólogo y sociólogo, el avance de las tecnologías permite que estas cosas puedan llevarse a cabo. "Este proceso de filmarse teniendo relaciones sexuales es natural y ya forma parte de la cultura de hoy. Antes era muy difícil conseguir una foto o un libro sobre sexo, hoy en día, ínternet mediante, es posible tener videos con parejas teniendo sexo a un solo click de distancia".

"Eso habla de una pareja que necesita ingredientes extras. Que para excitarse necesitan algo más que ellos mismos teniendo sexo. La perversión está, justamente, en el descuido de que ese video sea visto por otros. Es un punto que habla de un goce inocente en el que la pareja necesita un touch más", asegura.

Para Litvinoff, grabarse teniendo sexo es una manera de conservar el placer ya que la relación sexual tiende a olvidarse. "¿Por qué no querer conservar un registro de ese momento? Si está bien grabar el casamiento, ¿por qué va a estar mal grabar una relación sexual?".

El notero de AM le preguntó a un montón de famosos si se graban, se grabaron o se grabarían en esta situación. Algunos sí, otros rotundamente no y dos o tres dudosos, son los resultados.