Previo a la asunción de las nuevas autoridades económicas de Brasil tras la reelección de Dilma Rousseff, los funcionarios argentinos se reunieron con el jefe de Gabinete, Aloizio Mercadante; el canciller Luiz Alberto Figueiredo; el viceministro de Hacienda, Paulo Caffarelli, y el asesor presidencial, Marco Aurelio García.

En la reunión se abordaron “estrategias de integración productiva para el desarrollo de diferentes ramas de la industria, como la automotriz, siderúrgica, naval, aeronavegación; como así también en materia de energía y comercio”, se aseguró desde la cartera que conduce Axel Kicillof.

Además se acordó la utilización de un software en ambos idiomas, donde se concentrarán todos los temas relacionados a asuntos políticos e institucionales, asuntos económicos y comerciales y de cooperación multilateral, reuniendo así todos los ejes de la integración entre ambos países, “con una permanente actualización, que permitirá un seguimiento pormenorizado”.

Más tarde, los funcionarios argentinos asistieron a la asunción del nuevo ministro de Economía brasileño, Joaquim Levy, quien anunció que su gobierno buscará el próximo año una meta de superávit fiscal del 1,2 por ciento del PBI y controlar la inflación para reactivar el débil crecimiento.

"Vamos a trabajar con una meta de superávit fiscal primario [ahorro para el pago de la deuda pública] de 1,2 por ciento del PBI para 2015, mientras que para 2016 y 2017 esta no será menor a 2 por ciento", dijo Levy en una conferencia de prensa.