Noah Lyles se convirtió en una de las figuras del atletismo mundial durante los Juegos Olímpicos de París 2024, quedándose con una medalla de oro que quedará para el recuerdo de todos los amantes del deporte.

Conocé a continuación un poco de su resiliente historia, superación y logros deportivos a lo largo de su joven carrera.

Cuál es la historia de Noah Lyles, el último ganador de la carrera de los 100 metros llanos en los Juegos Olímpicos

Noah Lyles nació hace 27 años en Gainesville, Florida, fruto del amor entre Keisha Caine y Kevin Lyles, quienes fueron destacados atletas de atletismo en la Universidad de Seton Hall. Desde pequeño, Noah mostró interés por el deporte, comenzando como gimnasta juvenil, aunque fue el atletismo el que lo conquistó a los 12 años, siguiendo los pasos de sus padres. En 2024, en los Juegos Olímpicos de París, Noah se consagró como el hombre más rápido del mundo al ganar la medalla de oro en los 100 metros, en una reñida final contra Kishane Thompson.

No obstante, su camino al éxito no ha sido fácil. Desde los cuatro años, Noah ha lidiado con un asma crónico severo, y a lo largo de su carrera ha enfrentado momentos difíciles. Su debut internacional ocurrió en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2014, donde ganó el oro en los 200 metros. Sin embargo, una lesión lo apartó del Mundial de 2017, y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 tuvo que conformarse con una medalla de bronce en esa misma distancia.

A pesar de sus triunfos, Noah también ha enfrentado desafíos emocionales. En 2020, en plena pandemia, compartió en redes sociales que había comenzado a tomar antidepresivos, lo que marcó un punto de inflexión en su vida. Agradecido por el apoyo recibido, habló abiertamente sobre la importancia de la salud mental, algo que influyó positivamente en su rendimiento y enfoque en la pista.

Comparado con Usain Bolt por su carisma y talento, Noah Lyles ha perfeccionado su estilo, alcanzando tiempos impresionantes. En la Diamond League previa a París 2024, corrió los 100 metros en 9.81 segundos, y en los Juegos Olímpicos de París logró un asombroso 9.79, confirmando su lugar como uno de los velocistas más destacados de la actualidad.