El centrocampista del seleccionado argentino Angel Di María dejó hoy el estadio llorando, ante el temor de que la "lesión muscular" que lo obligó a ser reemplazado en el primer tiempo le impida volver a jugar en el Mundial.


Mientras sus compañeros hablaban en zona mixta luego del triunfo ante Bélgica, Di María pasó rápido y con los ojos rojos de llanto, aunque desde el cuerpo médico se limitaron a señalar que tiene "una lesión muscular" y recién "mañana le harán estudios para determinar la gravedad.


De todas maneras, el semblante del volante del Real Madrid no es un buen indicio con miras a la semifinal del miércoles próximo en San Pablo.


Di María se lesionó cuando se jugaba media hora del primer tiempo al rematar al arco y fue reemplazado a los 33 por Enzo Pérez.

El diagnóstico final se conocerá mañana luego de los estudios que le realizarán en el predio Cidade do Galo, en Vespasiano, pero de todos modos, los doctores no tienen un pronóstico alentador.