Aunque lo parezca, no es un insulto ni mucho menos. Por el contrario, es una cábala. Según comentó el padre, este nadador lo hace desde los 8 años y es una manera de tener confianza. 

"Tenés que construir tu confianza", le dijo Santo a The Canadian Press y él, con ese pequeño gesto, salta al agua. Evidentemente consigue bastante de lo que busca, por algo está donde está, ¿no?