Un aporte a la memoria y justicia: Noemí Ciollaro y los Hijos del Sur
A través de testimonios desgarradores pero también llenos de esperanza y de unión familiar Ciollaro nos entrega las voces de los hijos de víctimas de la dictadura en Quilmes.
Hijos del sur recopila trece voces, treces vidas, trece historias de hombres y mujeres jóvenes a los que la última dictadura cívico- militar les arrancó parte de su familia. Noemí Ciorallo, en su humilde trabajo de recolectar y escuchar señala: "En sus voces las palabras *mi papá* y *mi mamá* tienen un sonido indescriptible, con resonancias infantiles y huellas de carencia y dolor, y a la vez, denotan la necesidad de adueñarse de ellas para romper los muros de silencio e incertidumbre que signaron sus vidas".
"A mi mamá la secuestraron y la llevaron al Pozo de Banfield, donde mataron a mi papá en la tortura. Cuando declaramos en los juicios me preguntaron si yo había sufrido algún tipo de lesión. Y la verdad es que sufrí muchos tipos de lesiones, porque no fue solamente lo de mi papá y todo lo que vivió mi mamá estando yo en su panza, fue todo lo demás, la cárcel, las visitas, los allanamientos, lo de mi tía, las persecusiones a las Madres en las marchas en las que yo acampañaba a mi abuela..." así narra su historia Víctor Benjamín Taboada una de las trece voces que hacen de este libro un fragmento de memoria viva.
Un trabajo periodístico, que al igual que en su libro anterior Pájaros sin luz. Testimonios de mujeres de desaparecidos (2000), Ciollaro busca no sólo brindar un aporte a la memoria popular sino acercarnos al mundo personal de esos hijos que tienen una voz con una historia y una mirada que contar.
DR - ¿Cómo fue el proceso de pensar y realizar "Hijos del Sur"?
Noemí Ciollaro (NC)- Partí del conocimiento de cómo fue la represión durante la dictadura cívico- militar en Quilmes, de sus militantes desaparecidos y asesinados y de lo ocurrido con sus familiares, especialmente los hijos. En mi libro anterior, “Pájaros sin luz” (Testimonios de mujeres de desaparecidos), me había aproximado al tema desde otro ángulo y advertí el silencio cerrado que imperaba en el conurbano y en el interior del país, a diferencia de lo que ocurría en la Capital donde había más presencia y vinculación con los organismos de DDHH y mayor acceso a las leyes reparatorias que se iniciaron en democracia y se consolidaron a partir de 2003.
Trabajando en ese libro conocí a Lila Mannuwal, militante, compañera de un desaparecido y actual subsecretaria de Derechos Humanos del municipio de Quilmes. A partir de ella supe del trabajo de búsqueda de los hijos de desaparecidos iniciado en 2003 y de las situaciones que muchos de ellos atravesaron y siguen padeciendo. La idea, entonces, fue dar a conocer sus historias y las de sus padres que, en la mayoría de los casos, eran militantes de barriadas pobres de la zona sur.
- ¿Por qué elegiste presentar las historias en primera persona y no tal vez en un formato de entrevista?
NC- Porque siento que el género testimonial es mucho más fuerte y elocuente en este tipo de historias. Quizá como periodista te da más lucimiento o protagonismo el formato de entrevista al que te referís, o sea el registro escrito de la voz de quien pregunta, pero creo que así se pierde clima y potencia, se diluyen las emociones que transcurren en el relato y que tienen un ritmo que se va tensando a lo largo del diálogo. Luego, en la edición de esos relatos, la puntuación, las pausas, los silencios, son los que de alguna manera reflejan toda la carga emocional de los testimoniantes.
Varios de los chicos hablaban por primera vez de sus historias partiendo desde su infancia, del momento de la desaparición de sus padres hasta la actualidad. Yo digo “chicos”, pero rondan los 40 años… Durante el encuentro con cada uno de ellos hubo lágrimas, emociones contenidas que afloraron, enojos de los que no se había hablado, preguntas, reflexiones, duda y dolor, mucho dolor.
- ¿Qué historia te impactó más, o te caló más hondo?
NC- Cada historia es impactante, por la soledad, la desprotección, el miedo, el silencio o la mentira, y la ignorancia sobre el destino de sus padres que se prolongó durante décadas. Hubo desidia de algunos familiares, brutalidad de los represores, la incertidumbre, el desasosiego y la desesperación que conlleva no saber… Hoy es el alivio, la sorpresa, el orgullo, la alegría –si es que así se lo puede llamar- de conocer la verdad, de enterarse de que sus padres no los abandonaron, ni eran personas a las que no les importaba nada de ellos. Por eso no puedo hablar de un caso puntual, sería injusto e irreal, cada testimonio me conmovió absolutamente por todo esto que menciono.
- ¿Qué te dejó como escritora y periodista la experiencia de publicar "Hijos del Sur"?
NC- La verdad es que yo me considero periodista, creo que lo de escritora me queda grande. En ese sentido siempre creí que las y los periodistas cumplimos una función social y dentro de ella a mí lo que más me convoca es dar a conocer las voces que por diversas razones son silenciadas. Este libro y el anterior forman parte de eso, como también ocurre, siempre que puedo, con mis notas periodísticas. Además he militado desde muy joven, el padre de mis dos hijos mayores es un desaparecido y mi historia está muy ligada a temáticas de esas características. El conocimiento de cada uno de los hijos y el hecho de que compartieran conmigo sus vidas, su confianza, es lo más lindo que me queda.
Hijos del sur. Testimonios de hijos de detenidos-desaparecidos de Quilmes se presenta en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti el 20 de mayo a las 19 horas.
El CCM Haroldo Conti está ubicado en Av. Del Libertador 8151, Capital Federal, en el predio donde funcionó durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los centros clandestinos de detención, tortura y extermino más emblemáticos de nuestra historia.
De la presentación participarán la autora Noemí Ciollaro, Francisco “Barba” Gutiérrez (Intendente de Quilmes), Lila Mannuwal (Subsecretaria de DDHH del Municipio de Quilmes), Rafael Centeno (Director de la Editorial de la UNQ), Mario Lozano (Rector de la UNQ) y Eduardo Jozami (Director del CCM Haroldo Conti).
Noemí Ciollaro: es periodista. Escribe en la revista Las/12 de Página/12. Fue redactora en los diarios El Día, Diario Popular, La Voz, Tiempo Argentino ( 1982-1986), El Cronista y en Editorial Perfil, entre otros medios; y cronista en las radios Argentina, Provincia y Ciudad. Es autora del libro "Pájaros sin luz,. Testimonio de Mujeres de desaparecidos" (2000).