El hecho ocurrió en un acomodado barrio cerrado de Pilar lo que demuestra fácticamente que el dinero no hace a la clase ni a la educación.

El hombre en cuestión vio que su camioneta no pasaba con holgura porque había un Mercedes mal estacionado, tocó bocina con algo de insistencia y pidió de mala manera que lo corriera. El dueño del auto alemán le dijo que pasaba y se negó a mover su vehículo.

Entonces el dueña de la perra sacó un palo de golf y le destrozó el parabrisas sin mediar palabra. Todo quedó registrado y se viralizó.