El sentimiento de antipolítica reflejado en la denominación ‘la casta’ para referirse a lo que en forma difusa se entiende que no funciona en el país, parece estar dándole réditos a Javier Milei.

Lo que apareció como un golpe de efecto, un personaje extraño y pintoresco que todos suponían que era una golondrina en el verano de las intenciones de voto, se está consolidando.

Por eso Ernesto Tenembaum se vio obligado a decir que él no solo no lo apoya sino que no quiere que sea presidente, que es un peligro para el país, y que solo va a traer tristeza y desazón.