Iguacel fue denunciado por una obra millonaria: Hizo un puente ferroviario y quedó chico
En Luján, el gobierno gastó $55 millones en un puente ferroviario pero quedó demasiado angosto. Por el caso fue denunciado el ex titular de Vialidad y actual Ministro de Energía, Javier Iguacel.
El presidente Mauricio Macri desplazó al Ministro de Energía, Juan José Aranguren, y su lugar será ocupado por Javier Iguacel, un ingeniero en petróleo que se viene desempeñando al frente de la Dirección Nacional de Vialidad, y a quien se conoce por diversos “errores de cálculo”, entre ellos, el del puente ferroviario que quedó angosto y que debió ser ajustado con amoladoras, a pesar de lo cual sigue revistiendo un riesgo para los usuarios.
Es que el gobierno nacional gastó 1.200 millones de pesos a través del organismo que él conduce en la instalación de un puente ferroviario sobre la Ruta 5 en Luján, pero a pesar de la inversión, el puente quedó demasiado angosto y los trenes no lograban pasar hasta que se ensanchó a fuerza de amoladoras.
Con semejante papelón en marcha, los responsables de la obra tuvieron que salir a buscar una solución que permita el paso del Ferrocarril Sarmiento y esbozaron una explicación sobre lo sucedido.
"Se están haciendo los ajustes de obra", aseguraba el administrador General de Vialidad Nacional, el mismo funcionario que días atrás se jactaba a través de las redes sociales de haber cumplido con la instalación de ese puente "en tiempo récord".
Pero el error en las medidas del “puente angosto” no es el primer traspié del funcionario: Iguacel cuenta con una serie de “perlitas” dignas de ser recopiladas.
El titular de Vialidad Nacional -al igual que muchos funcionarios de la administración macrista- llegó a ocupar su cargo en "el mejor equipo de los últimos 50 años" sin contar con ninguna experiencia en el sector público. Por el contrario, pertenece al amplio elenco de funcionarios CEOs de Cambiemos: su carrera en el ámbito privado fue dentro del negocio petrolero, donde ocupó diversas funciones ejecutivas en empresas como YPF, Pluspetrol y Pecom.
Su incursión en la política tuvo un frustrado debut electoral como candidato de Cambiemos en el partido de Capitán Sarmiento, después de que en 2015 no pudiera arrebatarle el municipio al intendente del FPV Oscar Ostoich, quien logró mantener su cargo por quinta vez.
Después de esa fallida incursión, Guillermo Dietrich lo sacó del olvido y lo acomodó en su Ministerio como Director de Vialidad Nacional, el caballito de batalla de Cambiemos: tiene bajo su cargo la obra pública que el Gobierno se jacta de ejecutar a un ritmo histórico.
Pero apenas asumió, Iguacel quedó en la mira de la justicia penal por una insólita designación en un área clave, que maneja todas las obras y licitaciones que lleva adelante el organismo.
A través de una resolución interna, el funcionario sumó un miembro polémico a su staff: nombró en la gerencia de “Planeamiento y Gestión de Infraestructura Vial” a un ciudadano estadounidense que no contaba con un título profesional de ingeniero, lo que le valió una denuncia por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario, malversación de caudales públicos y usurpación de títulos.
Además, después de su raid mediático denunciando sobreprecios en las obras adjudicadas a Lázaro Báez, Iguacel fue escrachado por haber gastado 25 mil pesos por mes con fondos públicos en un curso para mejorar su oratoria, tal como lo demuestran las facturas emitidas por la Escuela de Arte de la que es propietaria la actriz Cecilia Maresca.
Pero eso no es todo, ya que en marzo pasado, en su búsqueda por instalarse como referente de la segunda sección electoral, el funcionario de Cambiemos se cruzó con un intendente bonaerense para defender al primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra, quien en los últimos días sufrió un pedido de embargo millonario en el marco de la investigación por el presunto pago de sobornos y sobreprecios en las obras del soterramiento del tren Sarmiento, en la causa denominada Lava Jato.
En ese entonces, Iguacel se opuso a que el municipio de San Antonio de Areco le cobrara una millonaria tasa de división y mensura a IECSA –la firma que conducía Calcaterra- y en represalia “bajó” convenios con la comuna.
Entonces fue que el intendente Francisco Durañona, lo acusó de “defender los intereses” de la firma vinculada a la familia presidencial, que debía abonar unos 25 millones de pesos por ese concepto.
Ninguno de estos papelones fue óbice para que Iguacel quede en la más alta consideración de Macri, a quien le atribuyen una frase tan poco concluyente como filosa: "Iguacel es el maravilloso director de Vialidad que tenemos".
(Fuente InfoCielo)