Procesan al fiscal de delitos sexuales por denuncias de abuso en su contra
El funcionario se había convertido en una voz respetada y hasta se postuló para juez federal, pero tres denuncias -una por acoso laboral y sexual a una empleada de su fiscalía, otra por seducir a una menor vía Twitter en 2014 y una tercera de parte de una expareja que lo acusó de haberla violado- opacaron sus pliegos.
El fiscal general Julio César Castro fue el jefe de la UFISEX, el organismo dedicado a combatir delitos sexuales contra menores, fue procesado por el juez Hernán López en una causa que lo investiga por una variada cantidad de delitos sexuales.
La justificación describe los delitos como "autor penalmente responsable, del delito de amenazas simples, lesiones leves agravadas por haber sido cometidas contra una mujer y en un contexto de violencia de género reiterado" y por dos hechos de "abuso sexual con acceso carnal reiterado".
La investigación puntualizó tres denuncias contra el funcionario que formó parte de la condena contra Jorge Mangeri, el asesino de Ángeles Rawson: la primera fue una denuncia por acoso laboral y sexual hecha por una empleada de su fiscalía; la segunda, una serie de mensajes en 2014 por Twitter a una menor de 16 años chaqueña con claros claros intentos de seducción; la tercera y la más grave fue la de su expareja 24 años más joven que él, luego de haber sufrido dos violaciones por vía anal entre octubre de 2016 y enero de este año, con agresiones y lesiones, en una relación marcada por los celos y el control enfermizo.
Castro, quien fuera recomendado por el ministro de Justicia Germán Garavano para convertirse en juez federal, se convirtió en los últimos años en una voz valorada y respetada en materia de abuso sexual infantil, dando charlas y conferencias. Sin embargo, las denuncias en su contra le impidieron a la Comisión de Acuerdos aprobar su pliego.
El magistrado se mostró totalmente convencido de la denuncia, a pesar de que las pruebas físicas no demostraron lesiones serias: "Encuentro acreditado que el imputado, a través de su comportamiento, atacó la integridad sexual de su pareja, bien jurídico protegido por la figura genérica del abuso, que remite al reconocimiento de un ámbito de reserva e intimidad sexual que exige la abstención de involucrar en prácticas sexuales a ciertas personas", reflejó en su fallo en el que también tuvo en cuenta chats y otros testimonios.
El procesamiento responde solo a la primera de las denuncias, la que refiere a acoso sexual y laboral, ya que a través de los relatos de 45 testigos los investigadores obtuvieron testimonios de al menos siete mujeres que admitieron el acoso del ahora, exfiscal.