Entre que se armaron "por las dudas" y que se trata de una operatoria "legal", ni Mauricio Macri ni los principales referentes del oficialismo puede dar una explicación satisfactoria a la existencia de las sociedades offshore de los Macri, como surge de los Panamá Papers.

Es que al tratarse de sociedades anónimas conformadas en los llamados paraísos fiscales, todas las sospechas recaen en que se tratan de firmas fundadas o adquiridas para la evasión fiscal y el lavado de activos, como efectivamente ocurren en todos o casi todos los casos.

Por esa razón, al resultar inexplicables para lo que se supone –o suponía– un empresario honesto, de las que participaba siendo funcionario (como Mauricio, mientras era jefe de Gobierno porteño), la estrategia familiar parece estar delineada: echarle la culpa al fundador de la 'dinastía'.

Mediante un comunicado, Franco Macri salió a deslindar responsabilidades e inculparse al "aclarar que la sociedad denominada Fleg Trading Ltd. registrada en jurisdicción de Bahamas" es de su "propiedad", afirmando que "mi hijo Mauricio no tuvo participación en el capital de dicha sociedad".

Por su parte, el Presidente de la Nación hizo lo propio al atribuir la propiedad de la sociedad a su padre, aunque señalando se trata de "una operación legal" en la que, como se ve, los grandes empresarios de acá y de allá están habituados a incurrir.