Camilo Alan, un empresario textil con sesenta años de experiencia, habló con A24 y contó que las ventas bajaron cerca de un 60% mientras los gastos se incrementaron en un 80%.

Angustiado por el futuro, mostró que siendo las seis de la tarde su negocio de Villa Crespo estaba vacío, sin compradores ni curiosos.

Conscientes de la situación terminal de la industria textil a la que la está llevando el gobierno libertario, Alan se lamentó por sus empleados pero no sabe cuánto tiempo más podrá aguantar.