El PRO banca a Repsol en España
El diputado macrista Julián Obiglio viajó a España para defender los intereses de la petrolera en contra de los de su propio país. Habló de "confiscación" y calificó como "populista" la decisión respaldada por la mayoría de los partidos políticos.
El PRO defendió los intereses privados españoles desde que se iniciaron los rumores de la recuperación de YPF. Tras el anuncio de la Presidenta, Cristina Kirchner, el Jefe de Gobierno Porteño Mauricio Macri salió al cruce y aseguró que no apoyaría la medida.
Así, sus diputados fueron casi los únicos de todo el arco político que se opusieron a la recuperación. Sólo 32 diputados votaron en contra entre los que se encontraban, por supuesto, los del PRO.
Ahora, Julián Obiglio viajó a España para respaldar a Repsol y al país ibérico. Allí calificó como "ilegal y discriminatoria" la decisión adoptada por el Congreso Nacional y señaló que él y todo el macrismo creen en "la libertad, el respeto a la propiedad privada, las inversiones y las relaciones comerciales entre los países".
"La decisión sobre YPF ha puesto el riesgo financiero del país en 1.200 puntos, 200 puntos más que el de Venezuela y diez veces por encima del de otros países como Uruguay o Chile", agregó Obiglio que aún cree en las calificadoras de riesgo como medida de lo bueno y lo malo.
Asimismo, consideró que la recuperación de la petrolera nacional "Ha empobrecido a los argentinos", porque dificulta las inversiones extranjeras, según su óptica.
"Las expropiaciones pueden hacerse, pero pagando el precio justo por ellas y respetando los compromisos legales adquiridos", consideró Obiglio en una fuerte defensa de los intereses de la multinacional española Repsol.
Así, el macrismo, alineado con la petrolera española en contra de los intereses argentinos, viaja hasta el viejo mundo para perjudicar a su propio país al sembrar temor.
El PRO, tanto como Macri, son aliados del Partido Popular que gobierna España y ha llevado a cabo los recortes en salud y educación más salvajes de los que se tenga memoria, sin tocar, por ejemplo, los ingresos de la Iglesia Católica, la que atraviesa la crisis, sin un solo euro menos.