El papa Francisco fue durísimo con el gobierno de Milei al asegurar que prefirió pagar el gas pimienta en lugar de pagar la justicia social y se esperaba una de las habituales reacciones irascibles del Presidente. Pero no.

Al parecer, después de decirle que era el enviado del maligno en la tierra y tener que ir a pedirle disculpas, Javier Milei debe haber aprendido algo. Y eso, en realidad, habla bien de él.

Y es que el vocero en lugar de retrucar sus palabras expresó que el respeto del gobierno a las declaraciones del pontífice son respetadas total y absolutamente y que incluso los llevó a reflexionar. Aunque dejó en claro que ese respeto no significa que coincidan.

Lo que en el barrio se llama recular en chancletas.