Acusan a intendente de Concordia de tolerar el trabajo esclavo
A pesar de las continuas denuncias formuladas por el gremio de los recolectores de fruta, en la ciudad entrerriana que conduce Enrique Cresto hay miles de trabajadores en pésimas condiciones laborales y humanas.
A pesar de haber sido elegido por el Frente para la Victoria, al intendente Enrique Cresto se le achaca su cercanía con el gobierno de Mauricio Macri. De hecho, él mismo suele deshacerse en elogios a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
No es para menos: aseguran que, desde que Macri es presidente, su municipio recibió de Nación un dineral. "Se sabe que recibió prácticamente 900 millones de pesos en diez meses y medio de gestión", aseguraba recientemente el intendente de la también entrerriana Gobernador Maciá, Román Troncoso.
Ahora, el hallazgo por parte de la Justicia de 400 trabajadores hacinados en un galpón ubicado a dos cuadras del hospital Masvernat, entre las calles Tavella y Liebermann, pone de relieve la tolerancia, al menos, que habría tenido Cresto respecto al trabajo en negro y esclavo en Concordia.
En el lugar había, en condiciones de hacinamiento, hombres, mujeres y menores de edad, que trabajan en la zafra de arándanos, quienes no contaban "con las mínimas garantías de higiene y seguridad laboral", como debió reconocer la Secretaría de Trabajo municipal.
Pero, para el titular del Sindicato de Obreros de la Fruta de Concordia, Alcides Camejo, no es ninguna novedad: Cresto venía desoyendo sus denuncias al respecto y hasta dejó de recibirlo por esa razón.
"Detecté casos (de trabajo esclavo), por eso a mí no me recibe Cresto: porque yo sé dónde pueden estar los trabajadores a los que les llegan a sacar el documento", sentenciaba Camejo a la agencia AIM, precisando que la mayoría son obreros oriundos de Jujuy, Santiago y Misiones y países limítrofes como Bolivia y Paraguay.