Terapias del alma
¿Somos sólo lo que somos en este momento o nos influyen posibles vidas pasadas?
Cada vez más personas se atreven a consultar y a interiorizarse en lo que comúnmente y con ánimo de desprestigiar se denominan ‘terapias alternativas’, como por ejemplo a aquéllas que indagan en otras encarnaciones, o bien, en historias de nuestros antepasados.
¿Qué importancia tiene saber más allá de esta existencia?
El psiquiatra Brian Weiss, precisamente el creador de la denominada terapia de regresión a vidas pasadas, asegura que “cuando sabés que viviste antes y que vivirás nuevamente y que te reunirás nuevamente con tus seres queridos, no le temés a la muerte”, y subraya que otra importante razón para indagar sobre otras vidas es que “te libera de fobias”.
Acá en la Argentina, la licenciada Liliana Hollmann es una referente en el tema y explica que la Terapia de Regresión a Vidas Pasadas (TRVP) “es una modalidad terapéutica que le permite al paciente evocar recuerdos de su infancia, en primera instancia, para llegar luego a recuerdos más lejanos, como las vivencias dentro del vientre materno, u otras situaciones experimentadas en otras épocas y tiempos diferentes a los de la vida actual”.
En ese sentido, Hollmann detalla que la TRVP “opera como un puente que une la orilla del plano consciente de la vida cotidiana, con la orilla que conecta con la esencia de nuestro ser” y que “en ese recorrido, se pueden advertir las huellas de otras existencias, que servirán para revalorizar la oportunidad de cambio que ofrece la vida presente, y poder por ejemplo, superar fobias, mejorar modalidades, vinculares, disminuir síntomas psicosomáticos, dejar de temer a la muerte, reducir el stress, y en algunas ocasiones encontrar respuestas a las preguntas ¿Por qué a mi? o ¿Qué hice yo para merecer esto?”
Otra opción para acceder a nuestra propia historia, más allá de esta vida, es a través de los registros akáshicos. Los pacientes pueden tener una dimensión más profunda de su realidad y también descubrir cuál es su verdadero objetivo en esta encarnación.
AKASHA es una palabra de origen sánscrito, que se utiliza para denominar un plano de la conciencia cósmica que actúa como archivo, en el cual se graban o registran todos los eventos, situaciones, pensamientos, emociones y acciones de un ser. Allí está registrada toda la historia del planeta, así como toda la historia personal de cada uno.
Se halla escrito el propósito en la vida, así como el programa de nuestro destino futuro según nuestro karma o aprendizaje.
Hasta donde se sabe hoy, la primera mención a los registros akáshicos se encuentra en un libro de la filósofa británica Anni Bésant «La sabiduría antigua», de 1898.
Ella propuso que los antiguos maestros creían que existían registros insertos en otra realidad incorpórea, desconocida para la mayoría de los seres humanos. Entre ellos, incluyó a caldeos, chinos, cristianos, druidas, egipcios, griegos, hebreos, himalayos, hinduistas, mayas, árabes, persas, y tibetanos.
En cambio, otras personas, acuden a la astrología para comprender mejor su presente.
La Astrología estudia las relaciones entre los cuerpos del sistema solar, tal y como son observados desde la tierra en un momento dado, y los acontecimientos observados en la vida de los seres humanos, tanto social como individualmente. Las tendencias de acuerdo al cielo, esa foto que se le saca al cielo con la carta natal de acuerdo a la hora de nacimiento y el lugar de nacimiento.
Para Boris Cristoff, la Astrología nace cuando nace el Homo Erectus (hace 6 millones de años), es decir, cuando el primer mamífero adopta su posición bípeda. “De esta manera puede mirar tanto lo que sucede en el cielo como lo que sucede en la tierra, estableciendo una relación entre ambos”, analiza el popular astrólogo búlgaro-uruguayo.
Manuel Villaplana, psicólogo transpersonal, explica por ejemplo que “la astrología kármica estudia la encarnación presente” por medio de la que se denomina carta Kármica, una especie de “radiografía del alma”.
Hay experiencias pasadas que influyen en el destino individual y la finalidad de esta técnica es conocerse más para aprender lo que cada uno necesita en esta vida.
Todas estas disciplinas tienen como base la creencia en la reencarnación.
¿Pero qué pasa si no creemos en la transmigración de las almas?
¿Pueden vidas ajenas influir en nuestras decisiones?
Eso es lo que sostiene la terapia de constelaciones familiares creada en los ’80 por Bert Hellinger, psicoterapeuta alemán nacido en 1925, con formación en múltiples disciplinas, de las que destacan el psicoanálisis, el psicodrama, la terapia Gestalt, la primal, la hipnosis y especialmente el enfoque sistémico.
Hellinger ha hecho profundas reflexiones sobre el orden y las leyes naturales que rigen a la gran familia humana. Para él, cada ser humano es "arte" y es parte de su sistema familiar y depende de él para su existencia y su calidad de vida.
Según su criterio, para que la vida fluya adecuadamente es necesaria “la coherencia y la concordancia consigo mismo y con el sistema familiar y social en el que se vive”.
Cada familia entrega a sus miembros una información particular que ha sido tejida y construida a través del tiempo y de su propia historia particular.
A veces, los antepasados no pudieron resolver conflictos durante su existencia y este trauma se transmite a las generaciones posteriores. Con esta terapia, se logra identificar aquellos problemas para que dejen de afectar al individuo al que le fueron asignados.
¿Otras vidas deciden sobre nuestro destino?
Lo cierto es que hoy por hoy, los resultados de las terapias alternativas empiezan a desconcertar a la ciencia.
¿Realmente se puede curar, se puede sanar al profundizar en otros planos del alma?