La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, viene cumpliendo rigurosamente el plan de ajuste, sin mostrar el mínimo interés en solucionar el hambre o brindar asistencia en el medio de la ola de frío polar. Ahora se conoció la virtual parálisis de Educación, por no cumplir con el presupuesto. Otro jefe de gabinete del ministerio renuncia al cargo.

Javier Milei, en su afán de aplicar la motosierra, creó el megaministerio de Capital Humano, que incluye a la ANSES, Desarrollo Social, Educación, Cultura y Trabajo. Este Ministerio tiene un récord de denuncias por la subejecución presupuestaria llevada a cabo por la “reikista” Pettovello. Ahora se supo que, a pesar de tener partidas disponibles para Educación, la secretaría del área a cargo de Carlos Torrendel, sólo se distribuyeron 1,7 billones de los 4,3 billones presupuestados, o sea que se ejecutó menos del 40% del presupuesto. Por ejemplo, Infraestructura Escolar sólo ejecutó el 3,8% (2.100 millones de 64.000 millones presupuestados). Estos fondos se transfieren a jurisdicciones, las escuelas, y universidades, para contribuir a alcanzar condiciones físicas mínimas y adecuadas para poder llevar a cabo las actividades en los establecimientos educativos. Además, se ejecutan obras de construcción y readecuación, así como a la compra de mobiliario.

Diferentes áreas o planes tienen una parálisis total, que muestra cabalmente la nula importancia que realmente tiene la Educación para el gobierno libertario. Si bien hace dos semanas (el 4 de julio se publicó en el Boletín Oficial), Milei lanzó en un acto el Plan Nacional de Alfabetización, cuyo objetivo es muy loable : garantizar el desarrollo de los niveles de lectura y escritura apropiados para los estudiantes de tercer grado, garantizar oportunidades equitativas de alfabetización como motor para la aceleración de aprendizajes en los estudiantes de cuarto grado y desarrollar dispositivos de seguimiento y evaluación que permitan mejorar la calidad y la equidad de la educación. Pero no se ejecutan partidas para llevar ese plan a cabo. En la implementación del Programa Nacional de Lecturas, solamente se ejecutó un 0,29% (de 76.000 millones disponibles, sólo se devengaron 223 millones). La mayor parte del presupuesto del programa, se invierte en la adquisición y provisión de libros de texto, lectura y manual para alumnos de nivel inicial, primaria, y secundaria. ¿Cómo habrá oportunidades equitativas sin libros disponibles? También se subejecuta el presupuesto del Instituto Nacional de la Educación Técnica (INET), cuyo dinero se destina a financiar programas de formación docente, a diseñar e implementar dispositivos para acercar a diferentes comunidades específicas tramos formativos cortos, orientados a generar competencias y habilidades para el empleo, a asistir a instituciones en refacciones o compra de equipamiento para la mejora de la educación técnico profesional, entre otras acciones para asegurar la equidad y adecuación permanentemente de la oferta educativa a las demandas sociales y productivas a través de la coordinación de programas y proyectos. Así es que solamente se ejecutó cerca del 5% del presupuesto total. Nuevamente el objetivo de la equidad declamado, se borra con el codo.

La semana pasada fueron las universidades nacionales las que volvieron a declararse en emergencia presupuestaria. Luego de las multitudinarias marchas (sólo en la ciudad de Buenos Aires tuvo alrededor de un millón de personas movilizadas), que se manifestó en todo el país contra el vaciamiento de las universidades nacionales el 23 de abril pasado, el libertario concedió un 70% de aumento del presupuesto de infraestructura. La UBA, comandada por radicales aliados a LLA, festejó ese aumento que no se dio a otras universidades. Infraestructura representa sólo un 5% del gasto de las universidades. Los trabajadores docentes y no docentes siguieron en su lucha salarial, y advirtieron que pronto no habría presupuesto para el pago de salarios. La semana pasada, todas las universidades del país, incluso la UBA, volvieron a declara la emergencia presupuestaria por el tema salarios.

Así como retuvo alimentos para comedores populares, Pettovello tampoco los repartió en los comedores escolares.

Todos estos escándalos siguen generando renuncias en Capital Humano, ministerio que ya suma 43 funcionarios que decidieron no seguir en sus cargos. Ahora Lucas Fernández Aparicio, hombre del PRO que asumió como jefe de gabinete, renunció por la vergüenza de la subejecución presupuestaria en Educación. Es el tercero en abandonar este mismo cargo, en lo que va de esta improvisada gestión.