Salando las heridas
Domingo 18 de mayo de 2014 20:27 horas. Hace más o menos una hora y media River salió campeón, una vez más, de la Primera división.
Ya no hablando de River sino de cualquier otro campeón; es, por lo menos en los momentos de festejo y de consagración, un acto idiota contarle las costillas quién está levantando la copa.
Estoy seguro que en la semana, en el transcurso de los días y con la cabeza más fría; se podrá sacar una foto mejor de éste campeón. Lo único que acredita decir hoy como lunar, es que la actuación magistral de River de hoy ganándole 5-0 a Quilmes concuerda a medias con lo que fue el equipo de Ramón durante el torneo.
Ahora vienen todas rosas. River hizo del Monumental una fortaleza que solo pudo abordar el Tomba. Por suerte, para el Millo, fue en los inicios del torneo. Allí, salvo el asterisco antes marcado, ganó todos los partidos. De visitante no fue lo mismo. Sin duda el partido más grueso en ese ítem fue el super de la Bombonera lo ganó; pero que solo valió 3 puntos. Ëse partido y el triunfo en el Diego A. Maradona (que fue el 3ro en la historia entre el Bicho y River) fueron las islas de una campaña que fuera del monumental flaqueó más de una vez.
Ahora bien; una vez leí de un dicho japonés que dice “Cuanto más grande es tu rival, más grande es tu victoria” y allí, pienso, radica el mote de justo campeón para River. Vale aclarar que es un justo campeón de un campeonato donde hubo 8 equipos que pudieron coronarse. Está claro que con tantos candidatos ningún campeón es inapelable.
Velez, NOB, Lanús, Boca Juniors, San Lorenzo, GELP que fue la sorpresa, Racing… todos en mayor o en menor medida, reciben o recibieron párrafos destacando sus virtudes, sobre todo el Fortín, La Lepra y el Granate de quienes habitualmente se habla de ellos como “Los mejores equipos del país de un tiempo a esta parte”; a todos ellos River les ganó.
La edificación de éste campeón; comenzó con aquella jugada maravillosa entre Cavenaghi y Carbonero y que terminó con el gol de Teo vs San Lorenzo, y siguió con el gol del mellizo en la Bombonera; con los penales de Chichizola vs EDLP y Racing, y la pelota que Barovero, volviendo a la titularidad, le saca a Pisculichi. Este último gesto de Ramón de devolverle el buzo de 1 a Barovero galvanizó al grupo que se terminó de encolumnar detrás del riojano.
Es River un campeón de laburo, un campeón de overol, un campeón que supo consagrarse de otra manera. Tal vez con menos burbujas pero hoy amigos y amigas… no es el momento de contar costillas.
Salud campeón!!!
Ojalá tengamos todos una buena semana.