El nadador británico Adam Walker ya tenía bastantes complicaciones en cruzar las aguas congeladas del estrecho de Cook -25 kilómetros de ancho-, en Nueva Zelanda, en un maratón que duro 8 horas y 36 minutos, como para también preocuparse por una figura en forma de tiburón que lo seguía desde las profundidades del océano.


Afortunadamente, el tiburón nunca intentó un ataque luego de que un grupo de 10 delfines se unieran a nadar junto a Walker durante una hora mientras cruzaba el estrecho.


No sabremos si los delfines simplemente se unieron al hombre por diversión o si realmente intentaban evitar el ataque del tiburón, pero lo que si sabemos es que Walker estará eternamente agradecido con estos maravillosos animales marinos.

"Tengo la idea de que los delfines pensaron 'vamos a ayudar a nuestro a amigo a cruzar hasta el otro lado'", contó Walker a un sitio neozelandés, y agregó: "el tiburón estaba a dos metros de mí, el agua era cristalina y puede verlo con mucha claridad. Los delfines hicieron un círculo alrededor mío para protegerme".


El británico participó de su sexto nado como parte del desafío de los Siete Océanos, en donde los participantes intentan nadar en lo que se considera como los siete océanos más difíciles del mundo. El objetivo del desafío es recaudar dinero para la Conservación de la Sociedad de las Ballenas y Delfines.