El coronel Mamadou Bamba, de la guardia presidencial, anunciaba por la televisión un golpe de Estado en Burkina Faso, que el jueves de la semana pasada pretendía poner fin a la transición iniciada en 2014.

A fines de ese año se llevaron a cabo enormes movilizaciones populares que terminaron con la presidencia de Blaise Compaoré, quien finalmente renunció a su cargo.

Pero este miércoles, el presidente de la transición, Michel Kafando, será restituido en el poder en una ceremonia que pondrá fin al golpe de Estado ejecutado por la guardia presidencial, un cuerpo de elite y facción del Ejército creado por Compaoré.

"He vuelto al trabajo", afirmó Kafando en una breve declaración ante la prensa desde el Ministerio de Asuntos Exteriores en la capital burkinesa, sosteniendo que "la transición ha vuelto y desde este minuto uno está ejerciendo el poder del Estado".

A esta situación se llega luego de que los militares leales al gobierno y los miembros de la guardia presidencial llegaran a un acuerdo para evitar enfrentamientos en la capital del país, gracias también a la mediación de varios presidentes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).