Irak vuelve a ser el centro de la escena internacional, a raíz de las reiteradas matanzas de sunitas -reconocidos como ISIS- a soldados irakíes, y la toma de importantes ciudades de ese país.

Estas fuerzas del Estado Islámico de Irak y el Levante ya ocuparon puntos estratégicos en las ciudades de Mosul y Tikrit, a partir de dónde se estima un avance sobre Bagdad.

Por esta razón, Estados Unidos reforzó la seguridad en la embajada de dicha ciudad, movilizó un portaaviones con más de 500 marinos en el Golfo Pérsico, y el Pentágono confirmó el envío de unos 50 cazas de combate.

El presidente Barack Obama advirtió que estaba considerando una acción militar en Irak con el fin de suprimir a los extremistas que ya han capturado partes del territorio del país, mientras que John Kerry estimó un posible bombardeo con drones: una práctica altamente cuestionada por la comunidad internacional.

A pesar que se habló en muchos medios sobre una posible alianza entre EEUU e Irán, las autoridades iraníes se opusieron "firmemente" a una intervención militar estadounidense en la región.

Así lo afirmó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Marzie Afjam, a la agencia iraní oficial de noticias, quien incluso acusó a EEUU de "intentar intervenir los comicios" que se dieron en Irán recientemente y sobre los cuales, según expresa, los norteamericanos "están muy descontentos".

Mientras tanto, el duro secretario de Estado estadounidense, John Kerry, afirmó: "Cuando hay quien realiza masacres, hay que poner alto a eso, desde el aire o de alguna otra manera. No descartaría ninguna opción que pueda ser constructiva".