El presidente Barak Obama anunció el inicio del bombardeo de objetivos del Estado Islámico en Irak. El mandatario autorizó ataques aéreos si fuera necesario para proteger los intereses estadounidenses en el país.

Obama aseguró también que sucederá la entrega de ayuda humanitaria a los civiles iraquíes que se encuentran atrapados en una montaña del norte de Irak y temen caer en manos de las milicias del Estado Islámico (EI).

El mandatario estadounidense recalcó que el EI ha llamado a la destrucción sistemática de la comunidad yazidí, una minoría kurda de Irak, y que esta declaración constituye un genocidio.

"Podemos actuar, de forma responsable y prudente, para evitar un potencial acto de genocidio", dijo Obama desde la Casa Blanca, refiriéndose a los ataques.

"Por tanto, he autorizado los ataques aéreos contra blancos específicos si es necesario ayudar a las fuerzas en Irak mientras luchan por romper el sitio y proteger a los civiles atrapados allí", dijo.

"Cuando nos enfrentamos a una situación como hacemos en esa montaña, con personas inocentes enfrentándose a la expectativa de una violencia a una escala terrible; cuando tenemos la orden de ayudar -en este caso una petición del gobierno iraquí- y cuando tenemos la capacidad de ayudar a evitar una masacre, entonces creo que Estados Unidos no puede hacer la vista gorda", agregó.

El presidente, que obtuvo relevancia política como crítico a la invasión de Irak de 2003, sostuvo que no enviaría tropas al terreno. "Como comandante en jefe, no permitiré que Estados Unidos se vea envuelto en otra guerra en Irak", indicó.

"Incluso cuando apoyamos a los iraquíes mientras luchan contra estos terroristas, las tropas de combate estadounidenses no regresarán a combatir a Irak, porque no hay una solución militar de Estados Unidos a la crisis más grande" que afecta a ese país, concluyó.