Ante un millón de fieles, Francisco encabezó la ceremonia de “Los 4 Papas”
En la Plaza de San Pedro celebró la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, quienes fueron proclamados santos. "Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron", aseguró. En la homilia estuvo presente el Papa Ratzinger.
El papa Francisco proclamó este domingo la santidad de Juan XXIII y Juan Pablo II y pidió ante más de 800.000 fieles congregados en la Plaza de San Pedro que ambos pontífices sean inscritos en los libros eternos de los santos de la Iglesia.
"Declaramos y definimos a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II santos y los inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los Santos", fue la fórmula pronunciada en latín por Jorge Bergoglio, lo que provocó el aplauso de la multitud.
Las reliquias de los dos nuevos santos, una ampolla de sangre de Juan Pablo II y un pedazo de piel de Juan XXIII extraída durante su exhumación en el año 2000 fueron colocadas al lado del altar.
Los santos serán recordados especialmente el 22 de octubre, la fecha en la que el polaco Karol Wojtyla inició su ministerio petrino y el 11 de octubre, recordando así el día en el que comenzó el Concilio Vaticano II que ordenó Angelo Giuseppe Roncalli.
En la homilía, el papa argentino, Francisco, recordó que Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2005) fueron "dos hombres valerosos". "Fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron", indicó el pontífice argentino. "Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para actualizar la Iglesia según su fisonomía originaria", añadió.
"No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia", agregó Francisco, quien destacó el Concilio Vaticano II como el gran "servicio a la Iglesia" prestado por Angelo Giuseppe Roncalli (1881-1963). "Fue el papa de la docilidad al Espíritu Santo", concluyó en referencia a la labor transformadora dentro de la Iglesia que realizó el pontífice italiano, conocido como el "papa bueno".
De Juan Pablo II dijo que fue "el papa de la familia". El inicio de la ceremonia se vio marcada por la ovación que siguió al saludo del argentino Jorge Bergoglio al alemán Joseph Ratzinger, retirado desde algo más de un año y que apenas ha comparecido en público desde entonces.