Del boliche al hospital: el dolor de la atracción
Tetas gigantes, labios hinchados y lenguas vivas con ganas de gustar. Peligros de un cuerpo que se modifica con gustos propios y ajenos. Mala praxis y dolor en un video que muestra la cruda realidad de una industria millonaria.
"Tenía los labios más carnosos que vi en mi vida. Creí que si le daba un beso me iba a desmayar. Y casi que así fue, chapamos contra la pared descontroladamente. Me calentó mal. Quería cogérmela, una cinturita hermosa. Una boca divina. Tetas gigantes. Buenísima estaba la piba. La llevé a un lugar oscuro y la cosa se puso intensa. Me bajó la bragueta, yo la tenía al palo y a ella le encantaba. Me hizo un pete ahí nomás y después se la metí de costado, había humo y oscuridad. Estaba de pollerita. Nadie nos veía. En un momento, mientras le mordía el labio inferior algo pasó. Ella gritó y se agarró la cara, yo me quedé helado. Todavía la tenía adentro, ella lloraba. Cuando me pasé la mano por la boca me di cuenta, ¡le había explotado la jeta! ¿Entendés? Le pinché los labios con los dientes".
La atracción a la hora de coger es fundamental. De hecho es la única cosa que importa en un segundo y que hace que el contexto desapaezca. Hasta que te das cuenta de que no podés porque sos una persona civilizada y usás la razón. Frenás y no te mandás la cagada del siglo. Un cuerpo sensual es poderoso. Ahora, ¿es tan poderoso per se o existe detrás un sistema que te convenció de que es central y tracciona?
Un labio que se explota. Un culo que se sale de lugar, travestis en las esquinas del invierno con sus prótesis congeladas, mujeres excedidas de peso en el gimnasio, transpirando como una locas y sin haber desayunado. Narices que se parten en un quirófano. Hombres que se mueren por un traste grande. Mujeres que se meten glúteos que se transforman en tragedia y quedan explotadas por dentro.
Las minas tardan aproximadamente una hora en arreglarse. Llevan carteras llenas de cosméticos, desodorantes, perfumes y otras cositas, "por las dudas". Ellas se arreglan. Todo el tiempo. Para la mujer, "estar linda", es importante y trabajoso. Para algunas más, para otras menos. Las publicidades y la industria de la belleza generan millones de dólares anuales por antiarrugas, pinturas y reboques para poder disimular que no son lo que el mundo espera y decide que sean.
Internet ayuda. La Web viraliza, informa y comunica a millones de personas millones de sentimientos, canciones y problemas. En esta salsa de información llena de verdades y mentiras, la concientización sobre las distintas problemáticas abunda. Contra el bullying, contra la homofobia, la xenofobia y el machismo, son algunos de los ejes donde reposa esta tormenta de videos, notas y campañas. Entre todo eso, encontramos esta pequeña edición muestra cómo el cuerpo de la mujer acompañó con la estética al sistema que exige cada vez más de ellas. Cortes, tetas enormes, labios imposibles y modificaciones que se pagan con dolor, con psiquis y con vida.