Al sexo seco se le dice que no, siempre
Es una modalidad que, por lo pronto, sucede en África e Indonesia, pero, con horror, se extiende alrededor del planeta. Se trata de secarse para que el hombre disfrute más del sexo. Mientras tanto, las mujeres, sufren, se infectan y hasta mueren. Pero eso sí, los maridos, re satisfechos.
El sexo es complejo, individual y muchas veces polémico. Algunas prácticas del coito en las diferentes culturas espantan y generan indignación en este lado del planeta. Desde el castigo y la pena de muerte a piedrazos a las infieles, hasta esta práctica sexual, que dicho sea de paso, genera algo de miedo y estupor en quienes tienen una mirada crítica respecto a cuestiones de género. En este caso, vamos a hablar del sexo seco. Una modalidad que busca aumentar el placer de los hombres a base del dolor de las mujeres.
Este tipo de sexo aparece en África e Indonesia y se esparce lenta pero peligrosamente alrededor del mundo. Calculamos que sólo se da en lugares en donde el sistema patriarcal sucede con intensidad y las mujeres no tienen demasiados derechos.
Bueno. La cosa es así. La práctica se basa en secar la zona así él siente más fricción y la pasa bomba. El temita es que, al contrarrestar la humedad natural de la vagina, corren muchísimo riesgo de infectarse o lastimarse.
Es que dicha costumbre puede conducir a cortes, llagas e inflamación en la vagina y aumenta la probabilidad de ruptura de un condón; lo que aumenta las probabilidades de contagio de enfermedades.
Pero no sólo eso. Las minas, para lograr un mejor efecto se meten tiza, arena, roca pulverizada, hierbas, papel, esponjas o lavandina para dejar la zona bien bien sequita.
¿Impresionados? Genial. Es la idea. No lo intenten en sus casas.