El avance seguramente va a permitir cambiar la vida de muchísimas personas que nunca imaginaron caminar. El hecho anecdótico será que tal vez esa patada inicial será más importante que todo lo que pase en el Mundial, pero seguramente será un segundo que nadie recordará cuando empiece a girar el balón.

Un paciente parapléjico será llevado en silla de ruedas hasta el centro del estadio Corinthians Arena, podrá pararse, caminar unos pasos y dar el puntapié de inicio. Las órdenes emitidas por su cerebro serán captadas por una gorra con sensores que le enviará las imágenes emitidas por su cerebro a una computadora en la mochila del exoesqueleto que decodifica las señales y las envía a las "piernas" del robot.

El héroe de la Copa del Mundo seguramente será Messi, Neymar o Ronaldo pero el verdadero debería ser el neurocientífico brasileño Miguel Nicolelis, quien desde noviembre entrena a ocho pacientes en un laboratorio de San Pablo: "En los últimos días, cuatro de ellos entraron al exoesqueleto y dieron con él sus primeros pasos. Y un primer paciente ya usó el control mental para patear una pelota. Así que desde el punto de vista científico, clínico y tecnológico cumplimos nuestros objetivos: el exoesqueleto está siendo controlado por actividad cerebral y está enviando señales de feedback o retroalimentación al paciente".