¿Cómo puede ser que siempre tropecemos con la misma piedra? ¿Cuándo vamos a aprender de nuestros propios errores? Nos estamos jugando un campeonato. Hay que tener más ambición, más coraje, más determinación. Y sobre todo, más concentración. Si ya sabemos que la única manera de que Olimpo nos meta un gol es de pelota parada, ¡no podemos perder las marcas! Cabecearon solos una y otra vez. Así no se puede, River.

Nuestros defectos son más notorios y determinantes que nuestras virtudes. A la vez, es muy marcada la falta de regularidad. De ocho partidos como visitantes, sólo ganamos uno. Y más allá del valor sentimental que tuvo, son tres puntos al igual que el resto. En definitiva, la fe de ganar este campeonato está depositada a lo que ocurra en el Monumental, y así es muy difícil.

Analizando el encuentro de anoche, la decisión de Ramón de poner a Ledesma y Fabbro desde el arranque fue clara: hacerse dueño del balón y dominador del partido. Idea que no prosperó. Principalmente porque ninguno de los dos tuvo una buena noche. Luego, el DT quiso corregir su error táctico durante el propio desarrollo del juego metiendo a Kranevitter y sacando al exCerro Porteño.

Llamativamente, el ‘Millo’ erró el camino. Una vez que logró abrir el marcador –con lo mucho que nos cuesta eso fuera de casa–, no tuvimos el juego ni la inteligencia necesaria. Contagiado de lo que suelen hacer el resto de los equipos en el fútbol argentino, marcó el gol y de a poco fue retrocediendo en su propio campo. ¿Esto era un plan o una situación que podía darle un rédito a River? No. Simplemente pasa por la falta de convicción y el temor a que te empaten. Acción que finalmente ocurrió.

La segunda mitad fue tan o más trabada y peleada que la primera. Olimpo ya había hecho su negoció y no tenía la necesidad de arriesgar. Esto lleva a hacernos una pregunta: ¿por qué no arriesgamos nosotros? La primera opción del riojano fue ‘Gio’ Simeone, que no influyó en absoluto. La segunda, y reclamada por los hinchas “neutrales”, fue ‘Keko’ Villalba. ¿Por qué sólo cinco minutos, Ramón? ¡¿Por qué?!

Chichizola volvió a destacarse por sus atajadas, Maidana por sus ganas de ganar, Carbonero por su cuota goleadora (no podemos depender de ella), Cavenaghi por su flojo nivel y Lanzini por esas noches donde no figura. ¿El equipo extrañó a Teo? Claro que sí. Sin ser un jugador explosivo y veloz, el colombiano aporta toques de calidad y claridad al servicio del equipo como ningún otro.

A pesar del accesible fixture que nos queda, ya no dependemos de nosotros. Eso habla por sí sólo. A falta de tres fechas del final –dos adentro y una afuera–, River tendrá que volver a remarla de atrás y esperar que ¡¡¡Gimnasia!!! se caiga. Miren en lo que nos hemos transformado…

Al equipo sólo le resta ganar sus tres compromisos. Esa debe ser su mentalidad y su objetivo más allá de todo lo demás. Es una responsabilidad que carga consigo mismo y con toda la gente. ¿Podrá ganar los tres partidos? Si el ‘Lobo’ ganó seis seguidos…