Les hacemos precio a los rivales
Como leyó. Luego de la grata sorpresa por la propuesta y el funcionamiento, las victorias y la gran cantidad de goles, ahora este River que se florea fecha a fecha le agregó otra faceta a su juego: le hace precio a sus rivales. Partidos como el de ayer suelen terminar con significativas goleadas. Pero el equipo de Gallardo, que se da el lujo de poner a los pibes para que sumen minutos y confianza, en este caso le perdonó la vida a Tigre.
En un fútbol donde se pelea y se lucha más de lo que se juega, donde luego de marcar un gol los equipos se repliegan y defienden su arco con uñas y dientes, River ataca hasta el hartazgo. Pareciera que lo hace por inercia, pero no. Se trata de asentar una idea y de la búsqueda de un objetivo. Eso es lo que nos destaca del resto en estos momentos, y nos permite estar donde estamos. Nuestro fútbol nos honra y nos infla el pecho como hinchas del más grande.
Con respecto al 2-0 ante el conjunto de Victoria, volvimos a ver un equipo compacto, sólido en todas sus líneas y muy comprometido con el trámite del partido. River es serio. Juega los 90 minutos con la misma intensidad y ambición. Prácticamente no se deja estar y no “mira” el partido cuando éste ya está definido.
A falta de los goles colombianos, aparecieron los uruguayos. Mora tomó el lugar de ‘Teo’ y tuvo su tarde ‘soñada’. Luego de mucho tiempo, volvió a ser aquel que le metía goles a Boca y fue figura en el equipo de Almeyda.
Barovero fue un espectador de lujo, Mercado salió por precaución, Kranevitter se llevó su merecida ovación y Funes Mori casi marca un gol a lo Beckenbauer. Sánchez, Rojas y Pisculichi siguen en un nivel altísimo. Y los pibes… perdonaron. Lamentablemente, no le pusieron la ‘frutilla al postre’ a la gran noche del domingo. Pero lo bueno es que seguirán teniendo oportunidades. Chicos, no van a tener un momento más oportuno para lucirse en la primera de River. Aprovechen la oportunidad.
El ‘Muñeco’ les dará dos –merecidos– días de descanso a sus jugadores luego de la importante seguidilla de partidos, que concluyó con un saldo súper positivo. En seis días volveremos a ver al campeón, esta vez en Sarandí. La buena es que volverá nuestro goleador y figura. Tendremos seis días para alimentar nuestra ilusión con lo mucho que puede dar este equipazo.