El rosarino vivió el miércoles una situación que no le suele ocurrir, acostumbrado a pasar todos los controles gracias al juego y a los goles que le han dado fama mundial.

Pero en el aeropuerto barcelonés de Prat le tocó ser palpado de armas por un oficial antes de embarcar el vuelo con destino a Madrid, donde este jueves el Barcelona definirá la serie de cuartos de final de la Champions League ante el Atléti de Diego Simeone.

Lio, a pesar de la falta de costumbre –o por eso mismo–, se lo tomó con humor.