En el final, Banfield venció a Independiente y se mete en la pelea
Los de Avellaneda venían de dos triunfos seguidos y que mejor que otro más para cerrar el 2016, pero no pudo ser porque se toparon con los de Falcioni que bajaron a Estudiantes y a Newell's. De esta manera, los banfileños sumaron su quinto triunfo al hilo. El 'Taladro' se puso cuarto y el 'Diablo' octavo.
En tiempo de descuento, el ‘Taladro’ venció a Independiente en el Libertadores de América con gol de Juan Manuel Cobo en tiempo de descuento. De esta manera, los de Falcioni sumaron su quinto triunfo consecutivo y le negaron al ‘Diablo’ la posibilidad de lograr su tercera al hilo.
El primer tiempo fue con chances para los dos lados. De arranque, Juan Sánchez Miño llegó solo por el costado izquierdo, definió cruzado y bajo, pero Hilario Navarro controló muy bien con sus piernas.
Banfield respondió enseguida con Santiago Silva, que aprovechó la salida de la defensa local, picó habilitado y perdió en el mano a mano con Martín Campaña.
En esas dos jugadas quedó sintetizada la idea de cada equipo. Independiente, que venía de dos triunfos consecutivos, tenía la pelota y la obligación: intentaba triangular, llegar tocando, sorprender con la llegada de Maxi Meza al área y tratar de abastecer a Diego Vera, el único delantero, que quedó muchas veces en posición adelantada.
Banfield, en alza y con cuatro victorias en fila, era más directo. Esperaba y salía lanzado. Abría la cancha con Sperdutti por derecha y Bertolo por izquierda y contaba con Erviti como comodín. El 10 del ‘Taladro’ elige moverse a la espaldas de los mediocampistas rivales y ocupa la zona de acuerdo a quién lleva la pelota.
En la segunda parte, el ritmo bajó y el partido se tornó más previsible. Milito intentó romper el molde con el ingreso de Ezequiel Barco por el Marciano Ortiz, y el pibe hizo lo que sabe: encarar en velocidad, siempre para adelante. Le faltó compañía. No tuvo un socio para tocar. Porque Sánchez Miño falló mucho y Meza y Bustos apostaban a jugadas individuales.
En ese contexto, Banfield jugaba más tranquilo y apostaba a la contra, mientras los hinchas locales empezaban a impacientarse.