Oscar Barreto, el presidente de Deportivo Capiatá, que hace poco más de una semana fue noticia por sus declaraciones en la previa del partido ante Boca, club al que casi eliminan de la Copa Sudamericana, tuvo una actitud repudiable en la Liga de Paraguay, donde su equipo empató 1 a 1 con General Díaz.

Sucedió que el árbitro Enrique Cáceres había cobrado penal a favor de Capiatá, pero a instancias de su asistente se arrepintió y la mano sancionada quedó en la nada.

Ante esto, tras haber finalizado el partido, Barreto ingresó corriendo, esquivó a la policía y tuvo que se frenado por los jugadores para que no llegara hasta donde estaba el árbitro, que realizó la denuncia ante la Asociación Paraguaya de Fútbol.

No obstante, el mandatario se defendió y aseguró: "Entré corriendo para preguntarle al árbitro qué pasó, no para agredirlo. No iba a tocarle ni un pelo".