Hablar de 'suerte' o 'justicia' parece, a esta altura, redundar sobre un tablero de excusas sin intentar buscar el verdadero problema de la cuestión.

La falta de autocrítica y el escaso compromiso con la realidad hacen pensar que el camino es corto y sin salida.

Boca volvió a jugar mal, repitió los errores del pasado y careció de rebeldía. Así está el 'Boca' de Bianchi; confundido por la irregularidad de un campeonato que le ofrece todas las posibilidades habidas y por haber. Mientras tanto, el tren sigue su recorrido y ya dejó atrás nueve estaciones.

Si tomamos como parámetro el torneo pasado, el equipo de Carlos Bianchi a esta altura había cosechado cuatro puntos más (16) contra los doce (12) del actual; y más allá de las odiosas comparaciones, quizá el único aliciente sea pensar que el puntero hoy es Colón, quien tiene 'otra' pelea y que en aquél momento era Newell's.

Nada servirá como consuelo. El rendimiento que desean los hinchas, socios, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico no aparece. Esto es lo preocupante.

Pensar en que Boca tiene menos material que hace seis meses atrás de nada sirve. Si analizamos el presente y nos olvidamos del pasado; esta actualidad es preocupante.

Pero lo que más molesta es la falta de autocrítica. Escuchar a Juan Román Riquelme decir: "Estamos jugando bastante bien; nos vamos conformes", es como pintar una historia irreal y tomarle el pelo a la gente.

Boca pierde puntos que va a lamentar en el cierre del semestre, ante equipos que tienen otros objetivos y urgencias.

A la suerte hay que ayudarla y el 'Xeneize' hace poco y nada para darle un envión. Gago fastidioso; Román irresoluto pero 'optimista' en sus declaraciones; Gigliotti aislado y errático; Sánchez Miño disperso; Grana 'incrédulo' por vestir la camiseta más pesada de la Argentina y Martínez más afuera que adentro de Boca.

Millones invertidos y miles de ilusiones se sembraron para narrar otra actualidad. Pero por más que le duela al hincha, esto es Boca.

A veces me pregunto: ¿qué pasaría si la mayoría de los jugadores pusiera la actitud y el empuje de Luciano Acosta?, si pusieran el prestigio por encima de la ambición económica. ¡Qué diferente sería todo!.

Comienza una semana distinta y particular. Es aquella que todos sueñan y luchan por atravesar. La semana del 'Superclásico'. ¿Seguirá la veda de los jugadores?, o tendrán la necesidad de comunicarle al hincha sus sensaciones previas al clásico.

El del domingo es el partido del hincha; la cargada del bar; la presencia o ausencia al trabajo; el dolor estomacal; el de la apuesta insólita. Es una semana atípica para ellos y para nosotros.

Boca no puede permitirse tropezar una vez más. Enfrente estará el rival de toda la vida y deberá además luchar contra sus inseguridades.

Se acortan los tiempos para muchos y sin lugar a dudas el partido del domingo marcará un antes y un después en la vida de varios intérpretes que a esta altura, tienen las horas contadas.