La escena se dio entre figuras internacionales del fútbol, el entrenador José Mourinho y el mediocampista del Real Marid, Jude Bellingham, pero cómo podría darse en cualquier club de barrio.

Ya terminada la final que el equipo merengue venció 2 a 0 ante un impotente Borussia Dortmund, el centrocampista fue hasta las tribunas para juntarse con su madre y su hermano que acompañaron el encuentro desde las gradas.

Al saltar al campo de juego ocurrió lo inesperado: Bellingham buscó a Mourinho y le pidió si podía sacarse una foto con su madre, que lo admira, y fue el propio jugar quien terminó apretando el botón para el recuerdo.