Gilda Manso nos trae buena escritura para hablar de un ''Mal Bicho''
Maldades que no se quedan en la infancia, chantajes, machismo, pisar cabezas y el desdén hacia el otro son las claves de este texto que le escapa a la moralina.
"¿Qué pesa más: lo biológico o lo adquirido?" con esta pregunta inicia Gilda Manso su primera novela "Mal bicho" editada por Milena Caserola (2014). La cuestión de aquello con lo que venimos al mundo y lo que aprendemos queda flotando en el aire a medida que el lector comienza a conocer a Gastón, el personaje central que no deja de hacer honor- una y otra vez con sus actitudes- al nombre de la novela.
Manso saca a relucir su escritura dúctil en la construcción de un personaje que logra incomodar al lector. La autora no busca condescendencia sino que desmenuza eventos de su vida para así darnos un panorama de cómo alguien "elige" muchas veces la egolatría y la maldad.
Si bien hay pequeños momentos donde se nos cuela un poco la cosmovisión de la narradora, Gastón es de esos personajes que no son fáciles de olvidar. Tiene su propio lenguaje y la autora logra darle el movimiento necesario como para hacer de la novela una pequeña "balada del santo hijo de puta" como sentenció Gabriela Cabezón Cámara.
Manso cumple con el cometido de presentarnos un personaje incómodo y odioso; pero un odio interno que se esparce socialmente muchas veces siendo espejo de aquello que nos rodea.
La pregunta sobre lo biológico y lo adquirido se abre al panorama de la tercera opción: lo permitido.
Gilda Manso "Mal bicho", novela.
Milena Caserola, 2014. 106 p.