Un informe de la Universidad de Harvard explica que al hacer presión en las articulaciones al sonarse los dedos, se explotan unas burbujas presentes en el líquido sinovial, una sustancia que forma parte de una cápsula que recubre las articulaciones y evita que los huesos se rocen y desgasten. 

Algunas de las razones detrás de esta acción es que se trata de un hábito nervioso o de una acción que libera tensiones y reduce el estrés. 

Qué hábito identificó Harvard que puede afectar las articulaciones

El acto de crujirse los nudillos de los dedos o del cuello es un hábito común entre las personas. Hay discrepancias ya que para algunos esta costumbre no parece tener efectos negativos, pero los especialistas advierten que en otros casos podría generar problemas e inflamar las articulaciones.

"Quienes tengan el hábito de hacerse sonar alguna extremidad, notarán que no pueden hacerlo dos veces seguidas, ya a que estas burbujas tardan alrededor de 15 minutos en volver a acumularse en la articulación”, afirman desde la reconocida Universidad.

 "Hacerlo de manera recurrente podría predisponer a una persona a desarrollar artrosis y artritis porque la cápsula articular se empieza a desgastar, el líquido sinovial se vuelve más espeso y las articulaciones se empiezan a chocar y friccionar”, culminan.