¿Por qué tenemos el corazón a la izquierda en nuestro cuerpo?
Es durante el desarrollo embrionario cuando los órganos van adquiriendo la posición correcta en el cuerpo del feto pero ¿qué es lo que determina que vayan hacia un lado u otro?
Cuando el espermatozoide alcanza el óvulo se inicia una intercambio inmediato de información genética para el desarrollo embrionario que- si no presenta dificultades- a los nueve meses finalizará con el alumbramiento de un ser humano.
Pero ¿qué es lo que hace que los órganos se ubiquen correctamente en el cuerpo del embrión que se está gestando? Un grupo de especialistas españoles vienen investigando desde hace décadas el proceso por el cual el corazón se ubica a la izquierda o el hígado a la derecha.
Al comienzo del desarrollo embrionario, todos los órganos aparecen en la línea media del cuerpo, en algunos invertebrados es ahí donde se quedan y el lugar que ocupan en el individuo adulto, mientras que en el ser humano se desplazan.
El desplazamiento del corazón hacia la izquierda sucede porque, una vez que se ha formado el germen de ese órgano, comienzan a llegar células desde izquierda y derecha plantea el artículo publicado en Nature pero “Nosotros vimos que había otro mecanismo adicional. Había genes que se expresaban más en el lado derecho”, explica Ángela Nieto, investigadora del Instituto de Neurociencias (IN) de Alicante y líder del estudio.
“El posicionamiento de los órganos tiene que ver con un empaquetamiento eficiente y con que haya una buena concordancia con otros sistemas, como la vasculatura”, señala Nieto y remarca que la posición del corazón con el polo inferior apuntando a la izquierda es clave para que haya una conexión adecuada con las venas y arterias.
“Encontramos las proteínas que dotan a la célula de su capacidad de movimiento”, afirma Nieto y en el caso de los humanos hay un mayor movimiento de células que provienen desde la derecha y que hacen que el corazón se termine posicionando a la izquierda.
“Esto lo hemos estudiado en distintos procesos del desarrollo embrionario y hemos visto cómo se apaga ese programa cuando finaliza el proceso [de desarrollo embrionario], pero sabemos que se puede encender más adelante de manera patológica”, explica la especialista para referirse por ejemplo a las células de cáncer que producen metástasis.
Fuente: El País.