Crean un pegamento quirúrgico natural a partir del pegajoso moco de una babosa
La nueva solución creada por la ciencia sirve para ayudar a curar heridas como así también emparchar defectos en tejidos. Hasta el momento se la probó en cerdos y los resultados fueron más que satisfactorios.
Las babosas secretan un moco natural que les permite aferrarse a superficies verticales e incluso a las más resbaladizas, a partir de esta observación un grupo de científicos lograr aislar un componente del moco de las babosas para desarrollar una nueva gama de adhesivos quirúrgicos.
La noticia fue publicada en la revista Science donde Jianyu Li, investigador de postdoctorado en bioingeniería en la Universidad de Harvard, y principal autor del estudio, destacó: "Estábamos tratando de copiar las características clave que los biólogos habían descubierto en estas babosas" y aseguró: "Los resultados son muy buenos."
Estos adhesivos biomédicos se utilizan para unir tejidos como defectos en los órganos o ayudar a curar heridas haciendo innecesaria la sutura y permitiendo mantener una flexibilidad imposible de lograr por otros pegamentos como los cianoacrilatos.
La especie de babosa utilizada es la Arion subfuscus que se encuentran principalmente en Europa y Asia, en zonas boscosas húmedas como en la parte inferior de los árboles caídos. Suelen medir aproximadamente cinco centímetros de largo, son amarillas, y están cubiertas de moco, lo que les permite aferrarse a las superficies, incluso si están húmedas.
Li aseguró que el secreto está en que el moco de estas babobas incluye iones de calcio cargados positivamente, lo que significa que puede usar energía electrostática para unirse a las superficies.
Los investigadores crearon una versión sintética de este adhesivo y lo colocaron encima de una matriz de hidrogel para lograr que se seque con mayor lentitud y sea flexible por más tiempo.
"La combinación de ambos elementos significa que el ambiente del tejido tiene que aplicar más energía para descomponerlos", explicó Li que ya probó el nuevo pegamento sobre la piel y corazón de un grupo de cerdos.
Los investigadores hicieron que el corazón de un cerdo latiera para ver cómo se comportaba el parche, y vieron que se mantuvo intacto incluso bajo niveles de presión arterial de 367 milímetros de mercurio (en comparación, la presión sanguínea humana normal oscila entre 80 y 120 mmHg).
(Vice)