Las medios locales informaron que el anciano de 83 años confundió el pedal de freno con el acelerador de su coche, aunque la verdad, fue una distracción que le podría haber costado la vida a varias personas.

El que más caro la pagó fue el empleado de la estación, ya que fue el único herido que tuvo que ser trasladado por un ambulancia.

Por suerte, otro trabajador pudo apagar las llamas que se produjeron con los extintores adecuados.