"Que se jodan los pobres"
Lo que al comienzo parece lógico, nos deja muy tristes pocos segundos más tarde. La reacción de la calle ante un insulto es inmediata, pero cuando se trata de dar una mano, son pocos los comprometidos. Para reflexionar.
Con muy poco se consiguen resultados extraordinarios, y es por eso que este tipo de experimentos sociales suelen mostrarnos cosas muy interesantes.
El resultado es evidente. Cualquier ciudadano entiende un gesto agresivo contra la gente de menores recursos, porque de hecho, no estamos habituados a encontrar semejantes manifestaciones.
De inmediato, el reclamo gira en torno a la ayuda hacia los más desfavorecidos. Pero cuando el pedido se convierte en pedido de caridad, algo a lo que estamos muy acostumbrados, la reacción es nula.